En esta época de frentes fríos te compartimos un par de recetas caseras para prevenir el resfriado y el dolor de garganta
Otoño e invierno. Dos de las estaciones frías de la temporada, lo que se antoja a estas alturas es un buen té caliente para mermar el escalofrío o para suavizar esa pequeña molestia que crece en la garganta por la sequedad.
Remedios que fortalezcan las defensas del sistema inmunológico y que prevengan resfriados son variados, basta con pensar en las recetas tradicionales que escuchamos del boca a a boca por parte de la familia, sin embargo, nunca está de más tener en nuestro arsenal de remedios y menjurjes nuevas recetas: ¿ya las conocías?
Té de abango
El primer remedio es la infusión de abango, la cual es un conjunto de hierbas y cáscaras de frutos con propiedades medicinales (como la descongestión, antiinflamación y antiséptico natural), que ayuda a alivianar malestares cómo el dolor de garganta, la fiebre, la tos seca y la mucosidad.
Parte de los principales ingredientes del té de abango son:
- Hojas de eucalipto.
- Hojas de palo mulato.
- Flor de gordolobo.
- Trozos de guaje cirial.
- Flores de buganvilia.
- Hojas de alcanfor.
- Tejocote.
Tomemos en cuenta que hay variantes del té y algunas omiten plantas o añaden otras.
Su método de preparación es el siguiente:
- Colocar una cucharada copeteada del conjunto de hierbas secas en ½ litro de agua.
- Dejar hervir de 10 a 15 minutos (es importante que no lo dejes hervir más tiempo porque la infusión se amarga).
- Colar la infusión y se endulzar a tu gusto (te recomendamos endulzarlo con miel).
Aunque el abango es un té con propiedades muy nobles, tiene contraindicaciones, por ejemplo; no se recomienda su uso en mujeres embarazadas o en periodo lactante dado que algunos de sus compuestos pueden ser tóxicos para el bebé. Tampoco se recomienda si tienes alergia o eres hipersensible a alguno de sus ingredientes. Por supuesto, no quieras tomarte siete tazas al día porque podrías tener efectos adversos cómo náuseas, diarrea, mareos y dolor de cabeza.
A todo esto, el abango lo puedes conseguir en tu tienda naturista o mercado de confianza.
Té de jengibre, cúrcuma y canela
La segunda receta es una infusión compuesta por dos raíces y la corteza de un árbol. Es uno de esos remedios que, al igual que el abango, tiene sus variantes pero, en esencia, mantiene tres ingredientes:
- Raíz de jengibre.
- Raíz de cúrcuma.
- Ramita de canela.
Separando cada ingrediente, el jengibre sirve para fortalecer el sistema respiratorio, descongestionar la garganta, termorregular la temperatura del cuerpo y, tiene propiedades antibacterianas gracias a sus gingeroles (responsables del leve picor de la raíz). Por otro lado, la cúrcuma tiene propiedades antivirales, ayuda a combatir el estrés oxidativo de las células y a reducir la presión arterial en la sangre y el colesterol. Y la canela, además de ser un excelente antioxidante y aromático, facilita la digestión.
Su método de preparación es el siguiente:
- Cortar en rodajas el jengibre y la cúrcuma (4 o 5 rodajas de jengibre y 2 o 3 de cúrcuma).
- Poner a hervir las rodajas y un trozo muy pequeño de canela en 1 litro de agua de 20 a 25 minutos (el tiempo de cocción es largo para que las raíces liberen sus activos).
- Servir y endulzar a tu gusto (es importantísimo enfatizar que el sabor es ligeramente picoso; sí o sí te recomendamos el dulce).
Como en el té de abango, las contraindicaciones para el té de jengibre son no tomarlo en exceso ni durante el embarazo (en este caso puedes omitir la canela, que es el activo tóxico).
Esperamos que disfrutes de las recetas y, sobre todo, puedan serte de ayuda. De cualquier manera, si tienes síntomas de malestar recuerda siempre acudir a un especialista.
POR: INFORMADOR