Su hermana, Petra Hernández, expresó que estaban muy contentos porque pensaron habría pasado el peligro, pero un infarto fulminante sorprendió al Padre Rodrigo
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
“Estábamos muy contentos, pensábamos que ya había pasado el peligro”, expresó Petra Hernández, hermana del padre Rodrigo Hernández Cerda, quien desafortunadamente falleció la mañana del miércoles en la Ciudad de Monclova.
Tras concluir la misa exequial que se llevó a cabo en la parroquia ‘Verbo Encarnado’ de Ciudad Frontera, Petra, mencionó que su hermano, el padre Rodrigo, soñaba con ser sacerdote desde pequeño.
“Él trabajaba en finanzas, pero una vez me encontré con él y me dijo, ‘me voy a ir; voy a entrar al seminario’, y le dije ‘que bueno’ Y mi mamá me platicaba que él, desde niño, le decía que quería ser sacerdote”.
Asimismo, recuerda que era un hombre sencillo, amigable, dedicado a sus feligreses, incluso, que era muy visitado cuando llegaba a Saltillo; le demostraban el mismo amor y cariño que en Candela o Frontera.
“Cuando estuvo aquí de Vicario veníamos con él. Nos festejaban cada año, y siempre fuimos muy bien recibidos por toda la gente. No tenemos palabras para agradecerle su hospitalidad”, dijo su familia.
Incluso recuerdan el último contacto que tuvieron con el padre Rodrigo, quien dicen, estaba muy contento pensando que ya había pasado el peligro del accidente que se suscitó a principios de semana.
La señora Petra relata: “Yo estuve con él, yo lo cuidé y lo veía muy bien. Estábamos muy contentos, pensábamos que ya había pasado el peligro. Estaba muy bien platicando, hizo algunas llamadas”.
Incluso mencionó que ya le habían retirado el oxigeno y estaba en recuperación: “Estaba muy bien. Ya lo esperaban, pero, el doctor dice que fue un infarto fulminante”, dijo con sus mejillas llenas de lágrimas.