Su consumo inició en medio de una fuerte depresión por la ruptura con el padre de sus hijos. Su enfermedad la mantuvo encerrada en su cuarto día y noche, hasta que aceptó la ayuda
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
La adicción al cristal no respeta géneros, edades o estatus sociales; en los últimos años ha incrementado el consumo en amas de casa, estudiantes o profesionistas, que intentan ocultar su adicción hasta que no pueden más y buscan el apoyo de familiares o Centros de Rehabilitación.
Una de ellas fue Naty N. madre de 3 niños de 15, 12 y 7 años de edad, quien vivió 3 años sumida en la adicción al cristal y en los últimos 7 meses aislada en su cuarto 24/7 olvidándose completamente de la vida.
Aunque las excusas pueden ser muchas, Naty N. relata que se inició en el mundo de las drogas para huir de la realidad, de un amor fallido, de salir adelante con sus 3 hijos y enfrentar una dependencia emocional.
Y señala “Actualmente trabajó mucho en el amor propio y en la autoestima. Porque yo me fijaba que muchas personas iniciaban relaciones, rompían e iniciaban otra y en mi caso personal se me acabó el mundo”.
“Yo me preguntaba ¿Qué voy a hacer?, mamá soltera, era dependiente de un ser humano y me sumí a la adicción al cristal. Las influencias están, pero, es decisión de uno iniciar el mundo de las drogas”. Sin embargo, admitió, que influyen los lugares y las personas con las que te relacionas.
Naty N. se dio cuenta que necesitaba ayuda de un Centro de Rehabilitación porque las últimas 24 horas eran sufrir, miedo, no saber nada de sus hijos, se veía sola en su habitación, en su mundo, con la droga.
La joven madre de familia mencionó: “Es irte p´al matadero o salvar tu vida. Yo luego de la aceptación llega la rendición un ‘bajo puños’ y me armé de valor para enfrentar el problema, no queda de otra”
Afortunadamente algunas amistades le hablaron del Centro de Rehabilitación Grupo Fénix un Movimiento Internacional 24 horas de Alcohólicos Anónimos ubicado en la Colonia Obrera Sur Segundo Sector, donde también aceptan personas con adicción a las drogas.
Y menciona: “Me di la oportunidad de ir, de escuchar y de tener receptividad para dejarme ayudar y dejarme guiar por profesionales que tienen la experiencia y mi mayor impulso son mis 3 hijos”
Al preguntarle como se siente respondió: “Tranquila, vivo el solo por hoy. En mi caso personal fue muy difícil, hay días más difíciles que otros, pero a gritos y sombrerazos allí la llevo…”.
Señala que actualmente trabaja para un comerciante y cuida de sus 3 hijos, con quienes habla continuamente, ya que, en la adicción afectan a las personas que mas quieren ‘fueron parte de los que me llevé entre las patas” dice.
“El sentimiento de culpa me agobiaba, me martirizaba, no me daba cuenta de todo el daño que les estaba causando. Yo en mi conciencia decía ‘me drogo, estoy encerrada en mi cuarto, ellos no me ven ¿en que los molesto?, pero, no me daba cuenta de todo el daño que les causaba”, dice con voz entrecortada.
Y señala que al día de hoy en día los observa tranquilos, en paz y sonriendo: “Ya los veo sonreír, antes para nada. Siempre estuvimos solitos, bueno, ellos más que nada porque yo estaba, pero, poco presente y de mente ausente”.
Finalmente menciona: “Benito Dios, fue el único que nos cuidó… A las mujeres que viven lo mismo les pido que se animen, hay personas profesionales que a base de experiencias nos brindan apoyo.
“Llegas a un lugar donde te sientes apoyada, escuchada, comprendida, no se te juzga, respetada y no hay mejor opción que la aceptación, es difícil, pero, es más difícil quedarte y seguir en la adicción”.