En México se permite la decisión de suspender o rechazar tratamientos que prolongan la vida
Con el avance de las tecnologías médicas y el reconocimiento de las garantías individuales, el tema de la eutanasia ha cobrado relevancia, afirmó la directora del Programa Universitario de Bioética (PUB) de la UNAM, Jennifer Hincapie Sánchez.
La eutanasia ha sido considerada como derecho humano a tener una muerte digna, existen diferentes medios para lograrla, sin sufrimiento y que se pueden acoplar a los los valores de la persona.
Mientras que sólo en siete países del mundo es legal, en México se permite la decisión de suspender o rechazar tratamientos que prolongan la vida y los cuidados paliativos.
El libro “La morada infinita, pensar la vida, entender la muerte”, de Arnoldo Kraus, académico e investigador de la Facultad de Medicina expone que pelear por la salud tiene sentido mientras sea factible mejorar o sanar.
En cambio, pelear contra la muerte a cualquier precio es absurdo. “No tiene sentido pervivir en malas condiciones cuando la vida se ha agotado y es imposible reactivarla”.
Hincapie Sanchez señaló que la eutanasia es un tema que atañe al campo de la bioética, brinda los fundamentos para los derechos humanos y abarca la autonomía individual, el sufrimiento, la dignidad y el papel de las instituciones médicas al final de la vida.
“Se trata de una noción que apela directamente a la capacidad de los individuos de decidir sobre el curso de sus vidas, incluso en los momentos más difíciles y vulnerables”, destaca.
La especialista participó en los trabajos del Sexto Congreso de Bioética, dedicado al tema “Eutanasia: por el derecho a morir dignamente”; organizado en ocasión del Seminario Permanente de Bioética por el Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) y el PUB, la doctora en Filosofía.
¿Es siempre deseable prolongar la vida, incluso cuando el sufrimiento es intolerable?
A medida que el progreso ha permitido enfrentar enfermedades que hace menos de 100 años eran incurables (como padecimientos renales y cardiacos, entre otros), en la actualidad estos males nos enfrentan a dilemas éticos fundamentales, como la capacidad de prolongar la vida con respiradores artificiales, alimentación e hidratación asistida o tratamientos invasivos.
“Estas decisiones plantean la pregunta: ¿Es siempre deseable prolongar la vida, incluso cuando el sufrimiento es intolerable o la calidad de vida ha desaparecido?”, es una pregunta que se constituye en el eje transversal de la bioética moderna laica y también de este Congreso.
Al hacer uso de la palabra, el titular del PUIREE, Samuel Ponce de León Rosales, comentó que el tema de morir dignamente es de la mayor importancia, especialmente en lo individual.
“En el debate se hace la pregunta de si la eutanasia o muerte digna debería ser un derecho humano. Hay una amplia discusión sobre este asunto, con puntos de vista muy diversos que debemos seguir analizando”, consideró.