La flor de cempasúchil, también conocida como “flor de muertos” por su popularidad en la celebración de Día de Muertos en México, no solo tiene un papel simbólico en esta tradición mexicana, sino que también posee propiedades medicinales que la han convertido en un recurso natural para combatir diversas enfermedades desde la época prehispánica.
Gobierno de México informó que su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa: flor de 20 pétalos. En la época prehispánica, los mexicas asimilaban el color amarillo de esta flor con el sol, por ello, la utilizaban en los altares, ofrendas y entierros dedicados a sus muertos.
“Además, la flor de cempasúchil tiene usos medicinales, principalmente para el tratamiento de padecimientos digestivos, fiebre e incluso enfermedades respiratorias como la tos. En algunos lugares se utiliza para tratar problemas de la piel como verrugas, salpullido y llagas, entre otros”, agregó.
Por otro lado, también el Gobierno de México informó que, Karen Magaly Soto Martínez, posdoctorante del Cinvestav y parte de su grupo de investigación, se plantearon analizar los compuestos de esta flor para idear alguna forma de aprovecharlos, ante el desperdicio que existe de esta planta luego del Día de Muertos.
Fue así como decidieron emplear algunos de sus compuestos fenólicos y carotenoides para sintetizar nanopartículas de oro útiles en tratamientos contra el cáncer de colon.
“Al adicionar las sustancias del cempasúchil se buscó brindar a las nanopartículas de oro mejores efectos citotóxicos contra las células cancerosas; al tiempo que los compuestos de la flor ayudaron a la estabilización de las partículas al proporcionarles electrones”, agregó.
En México se estima la presencia de 35 especies de cempasúchil de las 58 referidas para América, y es en los estados de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México donde se concentra su producción, pues tienen las mejores condiciones de suelo y clima, debido a que únicamente florece después de la época de lluvias.
Otros usos:
Esta hermosa y emblemática flor se usa para extraer un colorante natural que tiñe objetos, prendas e incluso alimentos. En la avicultura, es común emplearla en la alimentación de las aves, ya que intensifica el tono amarillo de su piel y de la yema de los huevos. También se aprovecha como materia prima en la elaboración de cervezas artesanales, nieves y hasta un buen pulque, según el Gobierno de México.