Las instalaciones de Altos Hornos de México quedan tatuadas en la historia de Monclova. En estos momentos se evocan los orígenes en 1942, en que aterrizaba el ambicioso proyecto liderado por Harold Pape
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Con el mandato judicial de quiebra de AHMSA murió el coloso, se acabó la historia, un episodio para la cápsula del tiempo de Monclova que recuerda los orígenes en 1942 cuando cuadrillas de hombres liderados por Harold Pape descargaba en los patios ferroviarios las ruinas de un Alto Horno desinstalado en Estados Unidos, una vez armado empezó a chorrear fierro líquido.
Lo que fue una potencia acerera, se observa sin vida desde los cuatro puntos cardinales de la ciudad, las chimeneas de las coquizadoras parecen centinelas vigilando celosamente desde las alturas, las instalaciones quedan tatuadas en la historia de Monclova ahora ya sin su ADN, todo terminó este jueves con la pluma de la jueza Ruth Huerta redactando la sentencia de liquidación.
Cuenta la historia que el fundador Harold Pape decía que resolvió instalar AHMSA en Monclova por su cercanía con yacimientos de carbón de lo que ahora se conoce como Región Carbonífera, por el mineral de fierro en Sierra Mojada colindante con Chihuahua, y contar con suficiente agua en esta población.
En la época, la Policía Municipal patrullaba a caballo, y el periódico semanario “La Raza” registraba el nacimiento de AHMSA, tenía su taller en Juárez entre Miguel Blanco y Abasolo, ahí consignaba la noticia de que trenes transportaban desde San Luis, Estados Unidos las enormes estructuras metálicas que los obreros descargaban con gatos
Datos de AHMSA establecen que la primera maquinaria arribó a Monclova en abril de 1942 y que en octubre inició oficialmente la construcción. En junio de 1944 se encendió el Alto Horno 1 iniciando oficialmente las operaciones de AHMSA, luego aceración y laminación en caliente para producir placa y lámina.
En 1946 tras asegurar el funcionamiento del Alto Horno 1 y procesos de laminación en caliente, entran en marcha procesos de laminación en frío y estañado, con lo que AHMSA producía la primera hojalata nacional.
En 1955, con tecnología alemana inaugura la Planta Coquizadora 1, unidad que con base de calor limpia el carbón metalúrgico de impurezas para convertirlo en carbón coque que alimenta a los altos hornos como energético base para fundir el fierro. cimientos de carbón y mineral de fierro, materias primas básicas.
El Taller de Aceración al Oxígeno (BOF), fue inaugurado en 1971 con tecnología última generación en esa época, su proceso consiste en mezclar arrabio con chatarra y ferroaleaciones e inyectar oxígeno para producir acero líquido, para entonces contaba con cuatro altos hornos.
En 1976 fue inaugurada la Siderúrgica II por el entonces Presidente Luis Echeverría Álvarez y el Presidente electo José López Portillo, que incluyó el alto horno más grande y moderno de México, un Taller de Aceración BOF-Colada Continua para producir planchón, posteriormente se agregó una coquizadora, luego una laminadora en frío y una peletizadora.
En 1991 tras presentar la mejor oferta financiera y de inversión, Grupo Acerero del Norte se adjudica la licitación del paquete conformado por las plantas siderúrgicas y yacimientos de fierro y de carbón. En diciembre de ese año Alonso Ancira tomó posesión de la planta, minas y subsidiarias. En 1992, El GAN adquiere Minera Carbonífera Río Escondido (MICARE).
En 1999, como consecuencia de desplome de precios internacionales del acero y la crisis financiera global iniciada en Asia, AHMSA emprende un proceso de reestructuración de su deuda lo que se conoció como suspensión de pagos. En 2002 es desmantelado el histórico “Alto Horno Guadalupe”, el primero de la empresa.
En julio de 2013 fue inaugurado y dotado con la más avanzada tecnología, el Molino Steckel que está diseñado para producir un millón de toneladas anuales de placa acero en hoja y en rollo, con especificaciones que no se producían en el país, en 2015 es puesto en marcha el Horno de Arco Eléctrico con capacidad de 1.2 millones de toneladas de acero líquido, y en 2016 arranca la Planta de Normalizado.
Pensar en los inicios de Altos Hornos de México es imaginar al ingeniero estadounidense Harold R. Pape en su despacho trazando, diseñando, el proyecto de ingeniería para acomodar perfectamente cada uno de los fierros del proceso siderúrgico, la visión a futuro de lo que efectivamente fue un coloso.
Y cuando Altos Hornos de México en mayo de 2019 se alistaba para proyectar la construcción de la tercera planta coquizadora y modernidad de Laminación en Frío, el Gobierno Federal congela sus cuentas bancarias, aprehende a su principal accionista Alonso Ancira el cual para salir en libertad adquiere en abril de 2021 compromiso de pagar 216 millones de dólares por el caso Agronitrogenados.
Se extinguen 82 años de historia siderúrgica, pero se enciende ahora una luz de esperanza de que los activos esenciales para producir placa y lámina entren a mediano o largo plazo en un período de gestación de una nueva empresa siderúrgica que será forjada por nuevas generaciones monclovenses.