Sindicalizado que custodiaba la puerta principal de la Siderúrgica II se desvaneció y debió ser socorrido por paramédicos de la Cruz Roja, consecuencia de su precaria economía y estrés
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
El matiz prenavideño, la melancolía por la frondosa economía decembrina que había en AHMSA, problemas familiares, agotamiento emocional y ansiedad siguen quebrando sentimientos, ahora un sindicalizado que custodia la puerta principal de la Siderúrgica II se desvaneció y fue socorrido por paramédicos de la Cruz Roja.
En verano hubo otro caso similar en el mismo sitio, ahora ya no hay temperaturas calcinantes, ni golpes de calor, pero Salvador Torres perdió el conocimiento, los más afectados han tocado puertas en busca de un reencuentro con el empleo, pero la edad de 50 a 59 años arruina el plan, a diferencia de los jóvenes que metafóricamente han escalado nuevas montañas.
“Los trabajadores que están en las puertas de acceso de AHMSA II, empiezan a sentir los estragos de esta lucha de resistencia que tiene ya casi dos años, se desplomó el compañero Salvador Torres, se desmayó en el Punto 9 por la precaria economía donde se conjuga estrés y problemas de salud, actualmente convalece, explicó el estratega Alfredo Reyna Saavedra.
“Son enfermedades que se recrudecen debido a la falta de solvencia económica ante impagos de la empresa Altos Hornos de México, vemos que los trabajadores que están en los accesos son personas que no encuentran trabajo tan fácilmente, ya que son mayores de 45 años de edad y no los contratan tan fácilmente “, detalló el activista que dirige la vigilancia en esas instalaciones.
Otros trabajadores señalaron que hay severa intoxicación moral luego que por segundo año consecutivo no habrá ahorro, aguinaldo y otras prestaciones de fin de año, en 2022 la empresa no reembolsó la aportación de los trabajadores al fondo de ahorro. Los jóvenes se parten el alma en empresas foráneas, y en negocios locales.
Ellos dicen que hay una diferencia abismal entre los actuales salarios que perciben ligeramente arriba del mínimo apenas para salir adelante, y las prestaciones contractuales que tenían en Altos Hornos de México, además del tabulador de salarios. Se asoman las posadas, fiestas decembrinas, y llega la añoranza, la melancolía, que empuja al estrés con los respectivos daños a la salud.