Es una infección respiratoria que ocupa el cuarto lugar entre las causas de muerte a nivel mundial y que genera alta mortalidad y morbilidad en niños y adultos
La neumonía es una infección pulmonar que ocupa el cuarto lugar entre las causas de muerte mundial, afectando principalmente a niños menores de cinco años y adultos mayores de 65 años. Las personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunológicos debilitados también están en alto riesgo. La vacunación contra el neumococo, la gripe y el covid-19 es fundamental para prevenirla, especialmente en los grupos vulnerables. Hábitos saludables como dejar de fumar, mantener una dieta balanceada y evitar el contacto con personas enfermas complementan la prevención. Es esencial reforzar campañas de vacunación y estrategias informativas para reducir la incidencia de esta enfermedad.
El profesor emérito de la Universitat de Barcelona y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), Antoni Torres, instó a alertar a la población sobre la gravedad de la neumonía, una infección respiratoria que ocupa el cuarto lugar entre las causas de muerte a nivel mundial y que genera alta mortalidad y morbilidad en niños y adultos.
«La neumonía afecta con mayor severidad a los adultos mayores, ya que el envejecimiento altera las defensas naturales (inmunosenescencia), y a personas con enfermedades como patologías cardiovasculares, EPOC, diabetes, insuficiencia renal crónica o inmunosupresión. Urge advertir a la población y a los profesionales de la salud sobre las consecuencias a corto y largo plazo de esta enfermedad», señaló Torres, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica y jefe de grupo en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).
Torres pidió reforzar la concienciación sobre medidas de prevención, en especial en grupos de riesgo como mayores de 60 años, niños menores de cinco años y personas con patologías crónicas. Destacó el papel de la vacunación contra cuatro patógenos respiratorios principales: gripe, covid-19, enfermedad neumocócica y virus respiratorio sincitial.
El especialista subrayó además la importancia de dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, evitar contacto con personas enfermas, mantener actividad física, seguir una dieta balanceada y tratar problemas de disfagia, especialmente en casos de neumonías aspirativas.
«La prevención de la neumonía debe convertirse en una prioridad y no limitarse a unos pocos especialistas», añadió Torres.
Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona y profesor investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), resaltó que las vacunas mencionadas previenen las formas más graves de la neumonía y sus complicaciones. Sin embargo, advirtió que las tasas de vacunación contra la gripe y covid-19 en adultos, así como contra el neumococo, permanecen bajas, especialmente en comparación con la cobertura en niños.
Trilla pidió revisar las campañas informativas y diseñar estrategias efectivas para que la población valore la vacunación como una herramienta clave para prevenir complicaciones graves de estas infecciones.
Vacunación en menores
Durante la jornada, Valentí Pineda, pediatra en el Hospital Universitari Parc Taulí de Sabadell y miembro de la Societat Catalana de Pediatría, destacó la necesidad de vacunar a niños y adolescentes contra el neumococo con las nuevas vacunas conjugadas de valencia ampliada, que ofrecen mejor protección frente a la enfermedad neumocócica y la neumonía neumocócica.
También señaló la importancia de vacunar contra el meningococo de forma sistemática, con la vacuna meningocócica C para lactantes de cuatro meses, y con la ACWY a los 12 meses y 12 años. Sugirió además el uso de la vacuna meningocócica tetravalente (MenACWY) en lugar de la vacuna contra la meningitis C a los cuatro meses.
Antivirales y covid-19
Roger Paredes, jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol, alertó sobre el bajo uso de antivirales para tratar la infección por covid-19, a pesar de las guías existentes. Estos medicamentos resultan esenciales para reducir mortalidad y hospitalizaciones en personas con alto riesgo de infecciones graves.
Paredes sugirió facilitar el acceso a pruebas de diagnóstico rápido y reforzar la formación de los profesionales de la salud para garantizar que los antivirales se administren dentro de los primeros cinco días de la infección. Recordó que las vacunas pierden efectividad con el tiempo, por lo que los antivirales complementan, pero no sustituyen, la vacunación.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una infección que afecta los pulmones, específicamente los sacos de aire conocidos como alvéolos, que se inflaman y pueden llenarse de líquido o pus. Esto provoca síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho y fatiga. La enfermedad puede ser causada por bacterias, virus, hongos o incluso inhalación de sustancias nocivas. Entre las bacterias más comunes responsables de la neumonía se encuentra el Streptococcus pneumoniae, mientras que los virus como el de la gripe también pueden desencadenarla.
Esta enfermedad puede variar en gravedad, desde casos leves que se tratan en casa hasta situaciones que requieren hospitalización, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, adultos mayores, niños pequeños o pacientes con enfermedades crónicas. La neumonía es una de las principales causas de mortalidad infantil a nivel mundial, aunque también representa una amenaza significativa para los adultos mayores.
Existen distintos tipos de neumonía, entre ellas la adquirida en la comunidad, la intrahospitalaria y la asociada al uso de ventiladores mecánicos. La clasificación depende de dónde y cómo se contrae la infección. Además, los síntomas pueden variar dependiendo de la causa, el estado de salud previo del paciente y la rapidez con la que se recibe tratamiento.
El diagnóstico se realiza mediante exploración física, radiografías de tórax y pruebas de laboratorio. El tratamiento puede incluir antibióticos, antivirales o antifúngicos, según el agente causal, además de cuidados de soporte como hidratación y oxígeno en casos severos. La detección temprana y un tratamiento adecuado son clave para evitar complicaciones.
¿Cómo prevenir la neumonía?
La vacunación es una de las estrategias más efectivas para prevenir la neumonía, especialmente en los grupos de riesgo. Las vacunas contra el neumococo y la gripe ayudan a reducir significativamente las probabilidades de desarrollar esta enfermedad. En niños pequeños, las vacunas conjugadas neumocócicas son fundamentales, mientras que los adultos mayores deben recibir vacunas específicas según las recomendaciones médicas.Mantener una buena higiene personal también es crucial. Lavarse las manos con frecuencia, evitar tocarse la cara y desinfectar superficies son medidas que ayudan a reducir la propagación de bacterias y virus que pueden desencadenar infecciones respiratorias. Además, cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar evita que los microorganismos se dispersen.
Llevar un estilo de vida saludable fortalece el sistema inmunológico, disminuyendo el riesgo de contraer neumonía. Una dieta balanceada, ejercicio regular, descanso adecuado y evitar el consumo de tabaco son fundamentales. El tabaquismo daña los pulmones y debilita su capacidad para combatir infecciones, por lo que dejar de fumar es una de las mejores decisiones preventivas.
Por último, evitar el contacto cercano con personas que presenten infecciones respiratorias y buscar atención médica ante los primeros síntomas de resfriado o gripe puede prevenir complicaciones que deriven en neumonía. La atención temprana y el control de enfermedades crónicas como diabetes o asma también son esenciales para reducir el riesgo.
¿La neumonía es una gripe mal cuidada?
No es correcto decir que la neumonía es simplemente una «gripe mal cuidada». Sin embargo, esta creencia popular tiene un trasfondo parcialmente verdadero: las infecciones respiratorias virales, como la gripe o incluso el resfriado común, pueden debilitar el sistema inmunológico o dañar las vías respiratorias, facilitando que bacterias como el neumococo o el estafilococo infecten los pulmones y causen neumonía. En estos casos, la neumonía aparece como una complicación de una infección viral previa, pero no es consecuencia directa de «no cuidar» una gripe.
Además, algunos virus respiratorios, como el virus de la influenza o el SARS-CoV-2 (Covid-19), pueden causar neumonía directamente, sin necesidad de una infección bacteriana secundaria. Esto es especialmente común en personas con factores de riesgo como enfermedades crónicas, inmunosupresión o en adultos mayores.
Por: Excelsior