La economía de los Estados Unidos creció 0.7 por ciento durante el tercer trimestre, para así alcanzar un aumento en su PIB, durante lo que va del 2024, de un 2.8 por ciento. El crecimiento económico de la mayor potencia, valga la redundancia, económica ha sido casi del doble que la experimentada por la Unión Europea, y el gran motor de este aumento en el PIB ha sido el consumo.
Los habitantes de Estados Unidos han logrado adquirir mayor cantidad de bienes y servicios terminados, generando así el aumento en el PIB, o bien el crecimiento económico que a la vez genera mayores inversiones y empleos, para así ocasionar un círculo virtuoso.
Existen varios factores que ocasionan cambios en el consumo: por ejemplo, la generación de empleos ocasiona que existan más personas con ingresos con los cuales realizan sus compras. Por otro lado, el desempleo ocasiona reducción en el consumo ya que los desempleados tendrán que cuidar su dinero hasta conseguir otra fuente de ingresos. Los subsidios ayudan a que el consumo aumente ya que, de manera real, estos apoyos, son una reducción en los precios finales. Por su parte, todos los impuestos ocasionan que el consumo disminuya; el motivo es claro, los consumidores tienen que destinar dinero para pagar los impuestos, los cuales se pueden ver reflejados en el precio final.
En Estados Unidos durante los meses de septiembre a noviembre, los habitantes de ese país gozaron de un incremento en su poder adquisitivo, es decir, que con la misma cantidad de dinero podían incluso comprar un poco más de mercancías, generándose así un aumento en el consumo que ocasionó a la vez un aumento en el PIB, o bien un crecimiento económico.
Aquí es donde no cuadra la idea, del presidente Trump, de cobrar un 25 por ciento de aranceles a los productos mexicanos que se consumen en Estados Unidos, ya que ese 25 por ciento lo pagaran los consumidores norteamericanos en el precio final. Ocasionando una reducción en el consumo y en el PIB, debido a que el consumo representa cerca del 70 por ciento del PIB total de ese país.
Pongamos el ejemplo del aguacate, si un kilo de esa fruta, sí el aguacate es fruta, en Estados Unidos hoy cuesta 10 dólares, con la imposición del arancel, el consumidor final pagaría 12.5 dólares. Y si decidieran no importar, es decir no comprarle a México, aguacate, el precio aumentaría más ya que se generaría una escasez de esa fruta.
Pareciera que el presidente Trump juega al modelo de Halcón – Paloma, donde él intenta ser un halcón y al final, como lo hizo hace 6 años, terminará obteniendo otros beneficios para su país, sin imponer un arancel o bien hasta podría estar blofeando.