Desde febrero inicia la elaboración de estas piezas que forman parte de las celebraciones mexicanas de fin de año
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Desde su taller en casa, Doña Felícitas Treviño dedica diez meses del año a la elaboración de piñatas, consolidándose su labor como un pilar de las festividades navideñas en su comunidad.
La comerciante dio a conocer que, comienza su trabajo en febrero construyendo las estructuras y para octubre da los últimos toques vistiendo y forrando más de 300 piñatas que alegran las fiestas decembrinas.
Resaltó que, entre todos los diseños, la estrella tradicional sigue siendo la favorita de sus clientes, manteniendo viva una tradición de generaciones.
Detalló que, el proceso de fabricación es un verdadero trabajo en equipo y toda la familia colabora estrechamente, participando en cada etapa de la producción y gracias a ese esfuerzo conjunto, las piñatas están listas para salir a la venta desde la primera semana de diciembre, atrayendo a clientes que buscan piezas artesanales para celebrar con alegría.
Con ocho años dedicados a esta actividad, Doña Felicitas describe la fabricación de piñatas como más que un trabajo; es una pasión que la motiva y la mantiene activa en casa, confiada que eso al final de año le generará buenos ingresos.
Comentó que, para el 24 de diciembre las más de 300 piñatas fabricadas suelen agotarse, y los precios de estas obras artesanales varían entre 120 y 550 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad del diseño.