La pensión alimenticia es un aspecto clave en el marco legal mexicano, especialmente en el contexto de relaciones de concubinato. En un fallo histórico, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció en 2020 un precedente significativo que redefine los derechos de las personas en este tipo de uniones. Según esta resolución, una persona puede ser reconocida simultáneamente como parte de un matrimonio y de una relación de concubinato, lo que otorga a los concubinos la posibilidad de solicitar pensión alimenticia, aun cuando su pareja esté legalmente casada con otra persona.
El Caso que Cambió las Reglas
Esta decisión se derivó de un caso de amparo en el estado de Morelos. Una mujer que había convivido en concubinato con un hombre durante 12 años demandó el pago de una pensión alimenticia. En su análisis, la SCJN declaró inconstitucional el artículo 65 del Código Civil de Morelos, que estipulaba que el concubinato solo podía existir entre personas «libres de matrimonio y sin impedimentos legales para contraerlo».
El tribunal consideró que esta disposición perpetuaba una discriminación estructural, ya que permitía a los hombres mantener relaciones de concubinato mientras estaban casados, sin reconocer los derechos de las mujeres en dichas relaciones. Este análisis reveló que la norma no solo afectaba la igualdad de género, sino que también restringía el acceso a derechos fundamentales, como el de la pensión alimenticia.
Un Precedente para la Igualdad y la Justicia
La resolución de la SCJN no solo representa un avance legal, sino también un paso hacia la equidad en las relaciones interpersonales. Con este fallo, se garantiza una mayor protección para quienes han sostenido relaciones de concubinato y, en muchos casos, se encontraban en situaciones de vulnerabilidad. Además, marca un compromiso por parte de las instituciones mexicanas de reconocer y proteger los derechos de todas las personas, independientemente de las particularidades de su situación legal o civil.
Implicaciones Sociales y Legales
Este precedente tiene amplias repercusiones, no solo en el ámbito jurídico, sino también en el social. Reconocer la coexistencia de un matrimonio y un concubinato dentro del marco legal mexicano desafía paradigmas tradicionales y fomenta un diálogo más inclusivo sobre las relaciones humanas y los derechos asociados. La sentencia subraya la importancia de erradicar las normativas discriminatorias, garantizando que los derechos fundamentales no sean limitados por situaciones que, en muchos casos, responden a desigualdades estructurales históricas.