Hartos de abusos y atropellos de Tania Flores paran labores
Los empleados municipales no reciben ni su sueldo, ni su aguinaldo, no trabajaron Limpieza, Seguridad, Servicios Primarios, se desató el caos
Por: Karla Cortez
La Prensa
MÚZQUIZ, COAHUILA.- Más de 80 empleados del Ayuntamiento de Múzquiz, incluyendo elementos de Seguridad Pública Municipal, Protección Civil, Servicios Primarios, Obras Públicas y Ecología, tomaron las instalaciones de la Presidencia Municipal la mañana de este miércoles en protesta por la falta de pago de nómina, aguinaldos y otras prestaciones laborales. La manifestación, que comenzó a las 06:00 horas, generó un caos en el centro de la ciudad y paralizó varios servicios esenciales.
La protesta inició cuando 46 policías municipales se concentraron frente al Palacio Municipal, colocando 12 patrullas en la calle Hidalgo, entre Zaragoza y Santa Rosa, bloqueando el acceso principal a la Presidencia. Posteriormente, trabajadores de Servicios Primarios se sumaron a la manifestación con tres unidades recolectoras de basura. Con pancartas que exigían sus pagos y aguinaldos, los manifestantes mostraron su frustración por la falta de respuesta de las autoridades municipales. Las pancartas, muchas de ellas colocadas en las patrullas y en las puertas y ventanas del edificio, llevaban consignas como “Exigimos nuestros pagos de diciembre y nuestros aguinaldos de 40 días”.
A medida que avanzaba la protesta, la situación se fue tornando más tensa. Los manifestantes denunciaron que, a pesar de las promesas de la alcaldesa Tania Flores Guerra, la situación no había cambiado. La alcaldesa, quien gobierna bajo el partido Morena, había anunciado previamente que los empleados recibirían sus pagos gracias al apoyo económico de su hermano, pero los trabajadores afirmaron que dicha promesa no se cumplió. Además, a lo largo de la jornada, la alcaldesa no se acercó para dialogar con los manifestantes, lo que solo agravó su indignación.
Alrededor de las 10:00 horas, los trabajadores recibieron información de que el personal de tesorería realizaría las transferencias de pago, lo que llevó a los manifestantes a reabrir la puerta principal de la presidencia. Sin embargo, cuando la promesa no se cumplió, los manifestantes volvieron a bloquear el acceso y reafirmaron su postura: no se retirarían hasta que recibieran sus pagos.
A lo largo del día, las autoridades estatales intervinieron, y el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, se comprometió a ayudar a Múzquiz mediante un adelanto de participaciones federales para cubrir los adeudos. La alcaldesa Tania Flores Guerra, a través de redes sociales, agradeció el apoyo del gobernador, pero también calificó la protesta como un “ataque político” presuntamente promovido por futuros integrantes del ayuntamiento. Sin embargo, respecto a las demandas de los extrabajadores municipales, quienes también se unieron a la manifestación exigiendo liquidaciones conforme a la ley, Flores Guerra no ofreció comentarios ni soluciones claras.
Durante la manifestación, los trabajadores también denunciaron que en ocasiones anteriores se les había obligado a firmar recibos de pago que no correspondían a lo que realmente habían recibido, bajo la amenaza de perder sus empleos si no accedían a firmar. Esto fue otro de los factores que generó una gran indignación entre los trabajadores, quienes ya se sienten traicionados por la administración de Flores Guerra.
Además, los oficiales de policía que participaron en la protesta también denunciaron amenazas por parte de la alcaldesa. Según los manifestantes, Flores Guerra les habría advertido que, si no se retiraban a laborar, serían despedidos, lo que agravó aún más la situación. Las amenazas a los oficiales y el descontento generalizado de los empleados municipales pusieron de manifiesto un clima de tensión laboral en el municipio.
El impacto de la protesta fue significativo para la comunidad. La recolección de basura, el mantenimiento vial y la atención a emergencias fueron suspendidos, lo que generó preocupación entre los ciudadanos. La situación no solo afectó a los trabajadores municipales, sino también a los habitantes de Múzquiz, quienes ahora enfrentan la paralización de servicios esenciales.
El descontento de los trabajadores no solo se debe a la falta de pago, sino también a la mala administración del gobierno municipal, que ha dejado al municipio en una crisis financiera. Los empleados del Ayuntamiento acusan a la alcaldesa de un posible enriquecimiento ilícito y de mal manejo de los recursos públicos. La alcaldesa terminará su periodo de gobierno el próximo 31 de diciembre, pero las críticas a su gestión y las tensiones laborales dejan un legado problemático para la administración municipal.