TRAS UN ACCIDENTE LABORAL, IMSS RECHAZÓ ATENDERLE
Jonathan ingresó a Urgencias de la Clínica 7 tras el grave accidente laboral; sin embargo, tuvo que ser trasladado para su atención al Hospital General Amparo Pape
Oscar Ballesteros
La Prensa
Luego de ser rechazado del IMSS por no tener vigentes sus derechos laborales ante el instituto, Jonathan trabajador de una empresa local, que sufrió un fuerte accidente al operar un taladro industrial, fue trasladado al Hospital Amparo Pape de Benavides en donde se le realizó la amputación total de su antebrazo derecho.
El pasado jueves 19 de diciembre un trabajador de una empresa dedicada a la fabricación de rejillas de metal resultó lesionado tras sufrir un aparatoso accidente mientras operaba un taladro industrial provocándole una severa herida en su brazo derecho, por lo que fue trasladado de emergencia por paramédicos de la Cruz Roja al área de Urgencias de la Clínica 7 del IMSS.
Sin embargo, horas más tarde del accidente y pese a la gravedad de la lesión, el joven fue rechazado del IMSS, bajo el argumento de que no contaba con afiliación vigente al Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que se ordenó su traslado a otro hospital,
El lesionado ingresó a las 00:40 horas al hospital Amparo Pape de Benavides con un desprendimiento casi total de su extremidad derecha, por lo que fue trasladado directamente al quirófano para realizar el procedimiento de retiro, pues se consideró como «irrecuperable».
Al respecto, Ángel Cruz García Rodríguez, director del nosocomio, señaló que se trató de una caso médico-legal por las condiciones en que se dio por lo que se dio aviso a las autoridades pertinentes del caso; mientras que, en el proceso médico, actualmente el paciente se encuentra en la cama 36 del hospital, pues estará en observación las primeras 72 horas post operación para evitar un proceso infeccioso en la herida.
“Es ingresado con prácticamente el desprendimiento total desde el tercio medio de su antebrazo derecho, se le estabiliza, se hace el protocolo de una urgencia calificada de alto impacto, pasa directo a quirófano para hacer las maniobras y terminar, era totalmente irrecuperable su extremidad, colgaba de su piel solamente, se hizo la amputación total, se le practicó la homeostasis de los vasos” precisó.
La rápida acción de sus compañeros generó que el trabajador no sufriera de un choque hipovolémico o neurológico, ni siquiera tuvo necesidad de una trasfusión de sangre; sin embargo, a pesar de su condición de salud favorable por esta reacción, necesitará apoyo psicológico para adaptarse a la pérdida de su extremidad, pues el primer periodo puede sufrir por el síndrome de «miembro fantasma».
“Neurológicamente él está bien, psicológicamente es donde está alterado, un joven de 30 años con la pérdida de su antebrazo derecho, una pieza importantísima por lo que aparte del proceso médico se le está apoyando con la atención psicológica para que él trate de entender que este daño es irreversible (…) yo lo veo muy fuerte, repuesto, muestras de dolor, está asimilando la pérdida de su extremidad, el síndrome de miembro fantasma” finalizó García Rodríguez.