La parálisis cerebral e hidrocefalia, del niño de 7 años no le ha impedido participar en actividades artísticas y culturales de su escuela
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
La discapacidad de Alejandro García Robles, un estudiante de 7 años que padece parálisis cerebral e hidrocefalia, no ha sido un obstáculo para su participación en las actividades artísticas y culturales de la escuela Monclova 400.
A pesar de sus limitaciones físicas, Alejandro disfruta de involucrarse en cada una de las iniciativas organizadas en su escuela, gracias al apoyo constante de su maestra, Alejandra Hernández Melchor, quien se asegura de incluirlo en todas las dinámicas, brindándole las mismas oportunidades que a sus compañeros.
Además de la maestra, Alejandro cuenta con el respaldo de sus compañeros, quienes lo cuidan, guían y lo incluyen en todo momento, el apoyo mutuo ha permitido que Alejandro se sienta parte integral de su grupo, disfrutando de las actividades con la misma emoción y entusiasmo que cualquier otro niño de su edad.
La solidaridad de sus compañeros ha sido esencial para su integración, mostrando que la inclusión va más allá de la participación: se trata de un ambiente de respeto y compañerismo.
Brenda Robles Barbosa, madre de Alejandro, compartió que uno de sus mayores temores antes de que su hijo ingresara a la escuela era la discriminación que pudiera sufrir debido a su discapacidad.
Sin embargo, se mostró profundamente agradecida al ver que, hasta el día de hoy, la comunidad escolar ha demostrado un respeto absoluto hacia su hijo, tratándolo con cariño y consideración.
Recientemente, Alejandro vivió un momento de gran alegría durante la posada escolar en la que, a pesar de las dificultades, logró destacar tras representar a Santa Claus en su trineo y sus compañeros de diferentes grupos se acercaron para pedirle una foto del recuerdo con su trineo adaptado a su silla de ruedas.
La madre del menor, dio a conocer que el trineo que fue adaptado con la ayuda de una madre de familia del grupo de primer grado, se convirtió en un símbolo de la solidaridad y el trabajo en equipo dentro de la escuela.
Brenda también destacó que la escuela Monclova 400 es un claro ejemplo de inclusión, donde estudiantes con diferentes tipos de discapacidad tienen la oportunidad de participar activamente en todas las actividades.