TIENEN FE QUE SANTA LES TRAIGA UN CELULAR Y UNA BICI
A un año de salir de Venezuela, Kenia y sus hijos Jacob y Kairobi fueron desalojados de un tren y se refugian en la estación de bomberos de Monclova
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
Caminando, a bordo del tren o en la Estación de Bomberos pasarán la Nochebuena y Navidad los pequeños Jacob de 7 años, Kairobi de 8 años y su madre Kenia Carrizalez, oriundos de Venezuela, quienes sueñan con llegar a Estados Unidos antes de que culmine el año.
‘Donde nos agarre la noche’, dijo Kenia Carrizalez al preguntarle donde pasarán la Nochebuena y la Navidad en su paso por Monclova y la Región Centro, luego de prepararse para dejar el albergue temporal de Bomberos y Protección Civil de Monclova.
En la entrevista señala que ella, y sus 2 hijos salieron de Venezuela hace un año con “el sueño americano”; vivieron algunos meses en la Ciudad de México y finalmente retomaron su camino hacia el norte del país.
Y relata: “Nos quedamos aquí porque anoche nos bajó Ferromex y la Guardia Nacional del tren y tuvimos que salir corriendo, disparaban, fue muy feo”, dije la madre de familia en compañía de sus 2 hijos.
Recuerda que llegaron a una iglesia, donde les dieron comida y ropa invernal y llegaron a Bomberos Monclova donde les permitieron pernoctar para no pasar la noche en la calle por las bajas temperaturas.
Sin embargo, mencionó que buscan retomar su camino para llegar a Estados Unidos caminando o en tren a pesar de que hoy se celebra la Nochebuena y el día de mañana Navidad, cuando los niños esperan la llegada de Santa Claus.
NIÑOS CREEN EN LA
LLEGADA DE SANTA
‘Yo quiero una bicicleta’ dice Jacob ‘y yo un teléfono’, dice la pequeña Kairobi, respecto a la llegada de Santa Claus o Papá Noel, a pesar de la larga travesía que realizan desde hace un año desde Venezuela.
Al escucharlos su madre Kenia Carrizalez de 35 años los acaricia y responde: “Yo les digo que cuando lleguemos allá les voy a comprar sus cositas, sus regalitos”, dice ante la brillante mirada de sus hijitos de 7 y 8 años.
“Yo deseo terminar de llegar a Estados Unidos, que nos estabilicemos, empezar a trabajar y que mis hijos puedan estudiar, es lo primordial, porque nunca han pisado una escuela, es lo que más quiero”.
Finalmente, la madre de familia reveló: “Llegamos aquí porque la situación esta dura en Venezuela, si trabajas solo te alcanza para comer y si comes, no puedes comprarte las cosas que necesitas. Está duro”.
Y aunque refiere que su esposo despachaba gandolas con ladrillos y cemento y ella trabajaba en un restaurante fregando trastes en Venezuela apenas les alcanzaba para comer, vestirse y darle educación a sus hijos.