En la Unión Europea acaba de entrar en vigor una nueva ley referente a los cargadores de teléfonos móviles, cámaras, audífonos, tabletas y otros dispositivos para que todos utilicen puerto USB C para su carga de energía. Incluso para el 28 de abril del 2026 todas las laptops que se vendan en el viejo mundo tendrán que con este tipo de puerto para su carga y recarga.
Pareciera en primera instancia que lo más importante de esta legislatura es el evitar tanto cablerío para los usuarios, sin embargo, no es así, de hecho, existen otras repercusiones, por cierto, positivas tanto para el medio ambiente como para la economía.
Se estima que las familias europeas tendrán un ahorro anual por 250 millones de euros, algo así como 500 mil millones de pesos, ya que la ley europea sostiene que los nuevos dispositivos al ser vendidos pueden ser adquiridos sin cargador. Además de generar una apertura al mercado y mayor libertad al consumidor, pues se elimina la obligatoriedad de comprar un cargador específico de una sola marca.
Definitivamente el impacto al medio ambiente será mayor, tal vez dando un respiro a la naturaleza, pues se estima que se dejarán de “producir” 11 mil toneladas de desecho electrónico al año. Colaborando también al desarrollo de la economía circular, mediante la cual se busca aumentar el empleo, la productividad y el crecimiento económico.
Esta acción europea debe de marcar un parteaguas en el mundo para cuidar del planeta y nuestros bolsillos, pues se lograría evitar la generación de más de 60 mil toneladas de basura electrónica y miles de millones de dólares en consumo expreso de cargadores.
Las leyes tienden a ser reformadas con los cambios sociales, económicos, políticos y hasta ambientales, como sucedió en la Unión Europea con los cargadores de aparatos electrónicos. Definitivamente, “los cambios para que sean grandes deben de suministrarse en pequeñas dosis”.