Lo que el mensaje no decía era organizado por quién
Por Jorge Ricardo
Agencia Reforma/La Prensa
CD. DE MÉXICO.- Los del Estado de México ondeaban en el Zócalo capitalino banderitas blancas de papel que decían «Somos el pueblo organizado», y sí, era claro, lo que el mensaje no decía era organizado por quién.
En cambio, otros asistentes al Informe de los 100 días de Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, como los de Veracruz, decían que venían con Maritza Ramírez, la subsecretaria de Educación estatal, quien, al final del discurso de la Mandataria, reunió a su grupo y con un altavoz anunció que le acababan de dar su registro para competir por la Alcaldía de San Andrés Tuxtla.
Los de la sección 12 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad gritaban «¡Benny, Benny!».
Otros no necesitaban decir con quien venían, porque era obvio: con el líder de la CATEM, el diputado morenista Pedro Haces, que elevó cuatro aerostáticos gigantes sobre el Zócalo.
O los del sindicato petrolero, también con sus globos gigantes en los que se leían: «100 días de gobierno cumpliéndole a México y a l@s petroler@s».
«Es muy sencillo, el dinero que antes se robaban y lo usaban para compra de voto, hoy se distribuye para el beneficio del pueblo de México», dijo Sheinbaum en el discurso que pronunció en el templete colocado bajo el balcón presidencial de Palacio Nacional.
Movilización pura y dura
Durante la semana se pegaron invitaciones en bardas, postes y hasta en la redes, hasta la Biblioteca de México invitó al festejo.
Este domingo los autobuses ocuparon kilómetros y kilómetros de Eje 1 Norte; de Paseo de la Reforma, hasta Tlatelolco; de las Avenidas Guerrero, Juárez, Miguel Hidalgo y de la México Tenochtitlán, hasta Popotla.
Un indígena de Oaxaca se perdió y fue a dar al Barrio Chino cargando su marmota blanca con que bailan la calenda.
«Ya no cabe ni una mosca», dijo un hombre cuando todavía no eran las 11 en punto. Todavía no salía Sheinbaum a dar su mensaje, unos apenas querían entrar al Zócalo por 20 de Noviembre y otros ya se iban.
«Es que unos nomás vienen por la foto y se van, igual nosotros, pero hay que salirse con orden», protestó un hombre, cuando comenzaron los empujones.
Más de la mitad de la plancha la ocupaban miles de sillas y había valla para evitar la orilla de la marea que seguían empujando.
Sheinbaum era el nombre más coreado, pero también se escucharon los de dirigentes locales.
Si Andrés Manuel López Obrador dio su discurso en uno de los patios de Palacio Nacional, un martes, al día siguiente de cumplir 100 días de su gestión como Presidente de la República, Sheinbaum, que los cumplió el miércoles, se esperó al domingo para llenar el Zócalo.
«A quienes piensan que las mujeres no tenemos iniciativa propia, que por nosotras piensan otros, a quienes creen que Presidenta se escribe con e», dijo Sheinbaum con mensaje a quienes creen que López Obrador sigue gobernando, como el ex Presidente Ernesto Zedillo.
«Si el objetivo hubiera sido que la Presidenta controla a la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo, que con la alianza del PRIAN en 1995 desapareció la Corte y nombró una nueva a su contentillo, no, eso sí era autoritarismo», agregó la Presidenta.
Aunque en la mayor parte de su discurso festejó las obras heredadas por López Obrador, a nivel de piso sí hubo diferencias.
Las imágenes del ex Presidente desaparecen casi a fuerzas y los retratos mal impresos, pero más caros son los de Sheinbaum, mientras que las playeras de «Me canso ganso», apenas a 150.
Se acabó el discurso y se armaron pequeños grupos entre las sillas desordenadas. «¡Veracruz, presente!», «¡Chiapas, presente!», «¡Venustiano Carranza, presente!», coreaban y se tomaban la foto. La emoción llena camiones, pero no deja rastro.