Recupera electricidad con generador habilitado por la CFE
Los pobladores de Hércules fueron rehén de la tormental glacial, oscuridad, pocos comestibles, falta de agua, gas y electricidad de domingo a miércoles
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
HÉRCULES, COAHUILA.- La sobrecarga de estrés y miedo dejó en shock a la población que de domingo a miércoles, fue rehén de la tormenta glacial, oscuridad, escasos comestibles, sin agua, gas, tampoco electricidad e incomunicados 180 kilómetros a la redonda por falta de gasolina.
El relajamiento llegó a las 11:30 horas de este jueves al iniciar operaciones un generador que reactivó electricidad para abastecimiento de agua, electricidad doméstica, señal de Internet al 50 por ciento de la población estimada entre 350 y 400 habitantes equivalente a un 37 por ciento que había hasta antes del cierre de la Unidad Hércules de MINOSA.
Adicional desde la noche del miércoles funcionan dos transformadores de CFE alimentando de electricidad a un 10 por ciento más de la población, la paraestatal enviará otros dos más.
Cuando se produjo la emergencia, desde la tarde del domingo el Cecytec que tiene celdas solares, abrió la señal de Internet compartiéndola con la población y así comunicarse con familiares, el caos surgió porque los generadores se colapsaron al agotar su vida útil por eso no había electricidad en la gasera, gasolinera, ni en bombas de agua.
Hércules, municipio de Sierra Mojada, localizada a 350 kilómetros al occidente de Monclova, vivió la peor catástrofe de su historia heredada de la demencial hostilidad de dos personajes que ha devastado pueblos y comunidades mineras.
La naturaleza se ensañó con 9 grados centígrados bajo cero, el frío heló cuerpos pero también sensibilidades, en tanto, para paliar los efectos de la masa de aire polar los mineros se convirtieron en leñadores, de la estufa se pasó a la fogata y de la red de agua potable el suministro se obtuvo acarreando el líquido de pozos.
Durante cuatro días cada amanecer era un desafío de supervivencia en el inhóspito desierto aislado de cualquier señal de vida al menos 180 kilómetros a la redonda, además acechaba el riesgo de graves enfermedades respiratorias.