El dominio del dólar en el comercio global enfrenta un nuevo desafío con la decisión de 11 países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de disminuir su dependencia de la moneda estadounidense. Esta medida forma parte de la creciente tendencia de desdolarización, con la que estas naciones buscan fortalecer sus economías, incrementar su autonomía financiera y reducir su vulnerabilidad ante sanciones internacionales.
Actualmente, más del 85% de las transacciones comerciales entre los países de la CEI se realizan en monedas locales, lo que representa un avance significativo en su estrategia para limitar la influencia del dólar. Este cambio podría alterar la dinámica del sistema financiero global, debilitando el papel hegemónico de la divisa estadounidense.
¿Qué países adoptaron esta medida?
Los países que han decidido reducir el uso del dólar en sus intercambios comerciales son:
- Armenia
- Azerbaiyán
- Bielorrusia
- Kazajistán
- Kirguistán
- Moldavia
- Rusia
- Tayikistán
- Turkmenistán
- Uzbekistán
- Ucrania
A pesar del conflicto entre Rusia y Ucrania, la mayoría de estas naciones mantienen relaciones económicas estrechas, lo que facilita la implementación de esta estrategia.
La decisión de estos países de reducir su dependencia del dólar responde a múltiples factores estratégicos y económicos:
- Fortalecimiento de las monedas locales
- Impulsar la estabilidad y competitividad de sus divisas en el mercado internacional.
- Protección ante sanciones económicas
- Evitar restricciones impuestas por potencias extranjeras, especialmente aquellas provenientes de EE.UU. y la Unión Europea.
- Diversificación de reservas
- Aumentar la tenencia de activos como el oro y otras divisas para reducir la exposición a la volatilidad del dólar.
La disminución del uso del dólar en el comercio internacional de la CEI podría tener repercusiones en todo el mundo:
Reducción de la influencia económica de EE.UU. en la región y en mercados internacionales.
Mayor autonomía financiera para los países que impulsan el uso de sus monedas.
Menor demanda del dólar, lo que podría afectar su valor y su papel como principal moneda de reserva mundial.
Erosión del dominio del dólar, especialmente si más economías emergentes adoptan estrategias similares.