El Obispo de Piedras Negras reitera que los centros de atención católicos, están preparados para apoyar en contingencias de todo tipo
Karla Cortez
La Prensa
El obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alfonso Miranda, afirmó que la Iglesia Católica ha brindado apoyo a migrantes y deportados desde hace décadas, a través de albergues, comedores y asistencia en parroquias. Señaló que, aunque actualmente las autoridades han implementado centros estatales y federales para atender la emergencia de deportación masiva, estos espacios eventualmente cerrarán, mientras que la Iglesia seguirá ofreciendo su apoyo de manera permanente.
Miranda destacó el papel que ha tenido la parroquia del Sagrado Corazón en la Región Carbonífera, la cual ha acompañado a la comunidad en tragedias mineras como el accidente en la Mina 4 de Palau en 1925 y la explosión en Pasta de Conchos en 2006, así como en inundaciones y otros desastres que han marcado la historia local.
«Las minas deberían ser lugares de trabajo y vida, no de tristeza y muerte. Sin embargo, la Iglesia siempre ha estado presente para acompañar a las familias en su dolor y brindarles consuelo y esperanza», expresó el obispo.