El quarterback afirmó que no le importa convertirse en un villano de la NFL, si eso significa seguir ganando
Por Agencias
La Prensa
En el enjambre de micrófonos y cámaras, Patrick Mahomes se convirtió en el epicentro de la noche. No hubo rincón en el Caesars Superdome que no notara su presencia. Su cabello rizado, peinado con esa naturalidad descuidada que delata a quien ya está acostumbrado a la fama, se iluminaba con los destellos de los flashes. Sonreía con esa mezcla de diversión y paciencia, como un actor que ya ha memorizado sus líneas pero que aún disfruta el guion.
El Día de Medios del Super Bowl LIX tenía muchas historias, pero Mahomes era la más buscada. Los reporteros lo rodeaban con la urgencia de quien sabe que su tiempo es limitado. Respondió todo tipo de preguntas. Confesó que de niño era aficionados a Cowboys, que odiaba a Patriots. También se dio tiempo de hablar del cambio de Luca Doncic a Mavericks en la NBA, pero, cuando tuvo que hablar de futbol americano y la dinastía que está construyendo en
Kansas City, el quarterback fue claro al asegurar “ si ganar partidos de futbol americano te convierte en un villano, seguiremos adelante y nos convertiremos en los más grandes villanos”, declaró Mahomes.
Como es tradición, el Día de Medios se convirtió en un espectáculo de rarezas. Aparecieron máscaras de lucha libre, a los jugadores de Eagles y Chiefs los bombardearon preguntas sobre cuál es su sabor de helado favorito y cuál sería su trabajo si no jugara fútbol americano. Travis Kelce fue cuestionado sobre su relación con Taylor Swift y una potencial pedida de matrimonio.
Los jugadores de Eagles fueron los primeros que salieron a escena. Saquon Barkley y Jalen Hurts acumularon la mayor cantidad de medios. En diferentes momentos ambos dijeron lo mismo: No venimos a Nueva Orleans para no pelear hasta el final. No nos importa romper dinastías.