Fue la primera enfermera titulada de Parras, valiente mujer que dejó huella en la formación de generaciones de profesionales de la salud
Por: Lucero Velázquez
LA PRENSA
La ganadora de la Presea Parras, en su categoría “Post Mortem” fue merecidamente María Aurora Silva González, quien, además de ser la primera enfermera titulada en la ciudad, fue una formadora de enfermeras y una fiel impulsora de la Cruz Roja.
¿QUIÉN FUE MARÍA AURORA SILVA GONZÁLEZ?
María Aurora, originaria de Parras, Coahuila, nació el 24 de diciembre de 1940. Hija de Pedro Silva Polendo y María González Reséndez, fue la cuarta de diez hermanos. Tuvo cuatro hijos: Mario Alfredo, Aurora Guadalupe, Ludivina y Carlos David Solís Silva.
Cursó su educación primaria en la escuela Miguel Hidalgo, la secundaria en la Secundaria Federal Presidente Madero, la preparatoria en la Institución Licenciado Antonio Casso y la Educación Profesional en Enfermería General y Gineco-Obstetricia en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
En 1958, a la edad de 18 años, obtuvo su título como Enfermera General, convirtiéndose en la primera enfermera titulada de Parras, Coahuila.
Realizó diversos cursos y diplomados en administración de servicios de enfermería, análisis del sistema educativo estatal, técnicas de esterilización, relaciones humanas, formación de instructores, primeros auxilios y congresos de escuelas de enfermería, entre otros.
En 1963 inició su labor en el Instituto Mexicano del Seguro Social como jefa de enfermeras generales, coincidiendo con la reciente instalación del IMSS en Parras. Fue responsable de seleccionar la planilla laboral de enfermeras y personal de servicios generales. En 1976 recibió el nombramiento de supervisora de servicios generales del IMSS. Además, formó parte del Comité Pro Fundación de la Cruz Roja Mexicana en Parras y fue impulsora de la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja, donde desempeñó roles como subdirectora, directora, prefecta, presidenta del patronato, jurado profesional en titulaciones, asesora de tesis y docente en diversas materias.
Asimismo, impartió conocimientos de primeros auxilios en el DIF de la Administración Municipal de 1973-1975 y pláticas prematrimoniales durante cinco años. En 1990 se jubiló tras 27 años de servicio en el IMSS de Parras.
Casi a sus 80 años, María Aurora continuaba impartiendo clases, estudiando para actualizarse y ayudando a sus alumnos con información y tesis. Prestaba su biblioteca a jóvenes parrenses sin acceso a libros. Fue reina de jubilados y pensionados del IMSS. Falleció el 8 de marzo de 2021, a la edad de 81 años.
Exalumnos la recuerdan como una profesional excepcional, apasionada por la atención de alta calidad a sus pacientes. Su compromiso con la excelencia en la enfermería se reflejó en su trabajo diario. Fue una fuente de inspiración y apoyo para muchas enfermeras jóvenes, trabajando incansablemente para promover la salud y el bienestar en su comunidad.
RECIBEN SUS HIJOS LA PRESEA PARRAS
Sus hijos agradecen profundamente la entrega de esta presea póstuma a su madre, pues este reconocimiento no solo honra su legado, sino que también enaltece su pasión y entrega a la enseñanza en la enfermería.
Fue una vocación que ejerció con amor, dedicación y compromiso en la formación de generaciones de enfermeros y enfermeras que han destacado en diversas ciudades por su profesionalismo y vocación de servicio.
“Hablar de nuestra madre”, refieren sus hijos, “es hablar de rectitud, lealtad, generosidad y una inigualable fe en Dios. Fuimos testigos del gran amor que tenía por su profesión”, señalan sus hijos.
El reconocimiento póstumo a María Aurora Silva González no solo exalta su dedicación a la enfermería, sino que también resalta el impacto de su labor en la formación de generaciones de profesionales de la salud.
Su legado sigue vivo en la comunidad de Parras y en cada alumno que tuvo el privilegio de aprender de ella. Este homenaje reafirma la importancia de honrar a quienes, con esfuerzo y vocación, contribuyen al bienestar de la sociedad.