Entusiasta promotora de este deporte, tuvo una trágica muerte, pero su recuerdo y legado trascienden los años y la desgracia. Hijos, padres y amigos la recuerdan y nombraron al equipo con su nombre
Karla Cortez / La Prensa
SABINAS, COAHUILA.- Mireya Guadalupe Vázquez Madrid fue una mujer de gran fortaleza y pasión por el fútbol. Aunque su vida fue arrebatada hace 12 años, su recuerdo sigue vivo a través del equipo «Deportivo Mireya», que honra su memoria en cada partido. Desde el cielo, su presencia se siente en cada jugada, en cada gol, en cada esfuerzo de quienes conforman esta gran familia futbolera.
Más que un equipo, el «Deportivo Mireya» representa unidad, amistad y amor por el deporte. Dentro y fuera de la cancha, jugadores y cuerpo técnico han construido un ambiente de compañerismo que mantiene vivo el legado de Mireya.
El pasado 3 de febrero, el equipo llegó a la final de un torneo, dejando alma, vida y corazón en la cancha. Aunque el título no se logró, la entrega y el esfuerzo fueron un homenaje digno para quien sigue siendo su inspiración.
Un adiós que marcó al fútbol local
Mireya era una apasionada del fútbol y su familia siempre estuvo presente en la liga municipal. Sin embargo, la tarde del 24 de noviembre de 2013, su historia tomó un rumbo trágico: fue asesinada por su esposo, de quien ya se había separado. Su pareja en aquel momento también perdió la vida tras ser atacado por Juan Manuel Flores Vázquez, quien les arrebató la oportunidad de seguir construyendo su futuro.
El dolor de su partida enlutó a la comunidad futbolera. La pérdida de Mireya dejó una huella imborrable y, como homenaje, su equipo adoptó su nombre para que su pasión por el fútbol nunca se apagara.
Con el paso de los años, el «Deportivo Mireya» ha seguido conquistando títulos y corazones. En la reciente final, su familia la recordó con un emotivo mensaje que seguramente habrían sido sus palabras:
«Gracias por apoyar a mis hijos, a mis hermanos y sobre todo a mis queridos padres en esta hermosa aventura.
Todos han dado lo mejor de sí: su tiempo, dedicación y perseverancia para alcanzar la gloria.
Papi Fide, gracias por esas idas y venidas con los balones, permitiendo que estos extraordinarios muchachos sigan jugando.
Mami Chela, gracias por gritar con euforia y alentar con tanto amor, aunque a veces termines afónica. Lo haces por esta gran familia que han formado en el ‘Deportivo Mireya’.
Manuel, no pierdas la cabeza, usa la estrategia y no permitas que nadie te haga caer en provocaciones.
Jared, mi pequeño hijo, estoy tan orgullosa de ti. Te extraño, pero ahora eres un gran jugador. No me equivoqué al apoyarte en lo que más amas: el fútbol.
A todos, porra, hermanos, cuñadas, amigos y familia, mis abuelos y yo disfrutamos desde el cielo de esta gran final.»*
A 12 años de su partida, el legado de Mireya sigue más fuerte que nunca. En cada gol, en cada aplauso y en cada partido del «Deportivo Mireya», su espíritu sigue jugando.
Han pasado ya 12 años de aquella tragedia y Mireya es recordada con mucho amor y respeto por su familia, una mujer valiente que siempre en cada partido apoyo a su amado equipo y que desafortunadamente murió en manos de quien era su esposo.