La Prensa
Agencias
Los dos últimos liderazgos de Los Zetas fueron entregados hoy de México a Estados Unidos. Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, y Omar Treviño Morales, El Z42, fueron entregados en manos de autoridades estadunidenses, donde enfrentarán varios cargos relacionados con tráfico de cocaína y mariguana, crimen organizado y portación de armas de fuego.
Miguel Ángel Treviño Morales, alias El Z-40, tiene cuatro acusaciones formales, dos en Texas, una en Nueva York y otra en el Distrito de Columbia, en Washington. Su hermano Omar, El Z-42, cuenta solo con tres, que son las mismas que El Z-40 a excepción del caso en Nueva York.
“El 27 de febrero de 2025, la entrega de dos integrantes de alto rango de un cártel, Miguel Ángel Treviño Morales y Óscar Omar Treviño Morales, desde México a los Estados Unidos, fue llevada a cabo”.
“La Oficina del Alguacil del Condado de Webb urge al público a extremar precauciones al visitar Nuevo Laredo y otras partes de Tamaulipas. Previos incidentes han mostrado que los cárteles tienden a responder con extrema violencia contra entidades del gobierno mexicano, lo cual aumenta el riesgo para ciudadanos de Nuevo Laredo”, detalló la dependencia estatal de Webb en Texas.
“Comenzando aproximadamente en 2005, Los Zetas obtuvieron su propia cocaína de fuentes en Guatemala, Colombia, Venezuela, Honduras y otros lados, la cual Los Zetas después transporaban a los Estados Unidos. Con el tiempo, una división se desarrolló entre miembros del Cártel del Golfo y Los Zetas, y aproximadamente para 2010 Los Zetas se convirtieron en una organización de tráfico de drogas completamente independiente responsable por el transporte de varias toneladas de cocaína mensualmente desde México a Texas, y de la recolección, transporte y entrega de las ganancias de narcóticos, en cantidades a granel, de Estados Unidos a México”, detallan las investigaciones del gobierno estadunidense.
De acuerdo con diversa información en poder de investigadores de Estados Unidos, los Zetas asesinaban, ejecutaban, asaltaban, extorsionaban, secuestraban y torturaban para mantener su poderío en la región de Nuevo Laredo, Tamaulipas, incluyendo a autoridades mexicanas, como soldados, a sus propios asociados de quienes dudaban o calificaban como traidores.
En Washington, por ejemplo, están acusados por tráfico de cocaína y mariguana, junto a otros grandes operadores de Los Zetas, como Heriberto Lazcano, Jorge Eduardo Costilla Sánchez y Antonio Cárdenas Guillén.
Además, se sabe que Los Zetas tenían un esquema de lavado de dinero a través de la compra de caballos de carreras.
“El Z40 y su hermano El Z42 utilizaron a otro hermano que vivía en los Estados Unidos, José Treviño Morales, así como a otros contactos para ayudarlos a lavar el dinero de drogas a través de la compra de caballos americanos Quarter House”, detallan las investigaciones.
EU emitió nueva acusación contra líderes de ‘Los Zetas’
En octubre de 2024, el Departamento de Justicia de Estados Unidos dio a conocer una nueva acusación contra los hermanos Treviño Morales, quienes son señalados por participar en una continua iniciativa criminal, conspiración de tráfico de drogas, delitos con armas de fuego y conspiración de lavado de dinero internacional.
La dependencia estadunidense señaló que en la acusación se detalla que ambos asumieron el control de Los Zetas en 2012, después de más de una década como miembros de la organización que posteriormente renombraron como Cártel del Noreste.
Además, continuaron con un patrón violencia extrema para controlar grandes extensiones del norte de México y a lo largo de la frontera con territorio estadunidense.
Al día siguiente, Ken Salazar, entonces embajador de Estados Unidos en México, indicó que el proceso de entrega tanto para El Z-40 como El Z-42 había sido frenado por determinaciones de jueces federales.
‘El Z-40’ y ‘El Z-42’ mantenían operaciones criminales en prisión, acusó EU
El ex funcionario de aquél país dijo que la evidencia recabada por autoridades estadunidenses es que, aún en prisión, ambos mantuvieron sus operaciones criminarles.
Entonces, mediante un comunicado en redes sociales, el embajador de Estados Unidos cuestionó si las autoridades federales podían mantener a los criminales alejados de las actividades delictivas a pesar de estar en la cárcel, donde los reclusos pueden celebrar a menudo un gran número de reuniones con escasa vigilancia, lo que les permite pasar mensajes al exterior.
