En sencillas palabras / Néstor J. Hurtado Vera.
Definitivamente podremos estar o no de acuerdo en muchas cosas, por ejemplo, en la infinidad de ideologías políticas o en las maneras de gobernar, de dispersar el recurso, de elegir prioridades. Muchos dicen que siempre será bueno poner en primer lugar a los pobres, otros juran que hay que incentivar a la economía a través de apoyos a las empresas, asimismo, otros aseguran que la apuesta central siempre debe ser la clase media, y así, circulan cientos de teorías, y en unas coincidiremos, en otras no, pero en una cosa en la que siempre debemos cerrar filas, es ante cualquier amenaza extranjera, como ahora está sucediendo con Estados Unidos, quien en manos de su mandatario, Donald Trump, nos trae marchando al ritmo que quiere, y eso sencillamente no se vale.
Sin pelos en la lengua, el presidente norteamericano es un tipo nefasto, un populista que no respeta acuerdos internacionales, sin el más mínimo interés de hacer equipo con sus socios históricos, y lamentablemente tiene muy claro que el “juego del amague arancelario”, lo mantendrá con ventajas políticas, económicas y migratorias.
Primero el señor pidió 30 mil elementos de seguridad en las fronteras para frenar el tráfico ilegal de personas y del fentanilo, ante ello y como todos sabemos, México accedió, pero solo hubo un freno temporal de un mes, ahora, la amenaza vuelve y arremete contra Canadá y México con la misma “cantaleta”, y cuando estaba a punto de entrar en vigor, dice que siempre no, que ahora sí, el otro mes.
Sinceramente, creo que al igual que Canadá, debemos mandar “al diablo a Trump”, ya que bien sabe que su país no aguanta un solo día sin mexicanos, sin sus productos, y de poner aranceles, los más afectados son ellos, y si bien hay que tener cautela por los muchos lazos que nos unen con Estados Unidos, tenemos que ser tajantes y sobrellevar las cosas ante un payaso que solo estará en el poder por cuatro años.
De peores hemos salido, y como dice la Presidenta, Claudia Sheinbaum, somos un país con dignidad, coincido en que Trump solo sabe usar su cuenta de Twitter, en sus mismos libros menciona que su mejor arma es la amenaza y la especulación.
Mandar al carajo a Trump significa seguir trabajando, sin caer en sus provocaciones, y si pone un arancel, poner otro en donde más les duele, como por ejemplo en la cerveza o en el aguacate, y verán que, en cuestión de días, su mismo Congreso le estará implorando que retiren esas imposiciones.
Dicen en mi pueblo, “perro que ladra no muerde”, y este perro lleva muchos años amagando, por lo que reitero que es momento de ser fríos, de unirnos y de cerrar filas con nuestra Presidenta que dicho sea de paso, está haciendo un buen papel.
Bien la postura de la mayoría de los gobernadores, como el de Coahuila, Manolo Jiménez, quien sin miramientos ha apoyado al país y a la presidenta.
También, de manera inversa, creo que la “4T” tiene que ser inclusiva, y escuchar a voces de mucha experiencia y valor, como la de Ricardo Anaya, que en tribuna pide ser contundentes y estratégicos y aconseja que, si nos imponen aranceles, deberíamos aplicarlos en estados que pronto renovarán a sus congresistas, lo que “doblaría” inmediatamente a Trump.
En fin, la historia nos indica claramente que cuando nos unimos, somos invencibles, y esta ocasión es inmejorable para cerrar filas y defendernos con dignidad.