Venezuela confirma la reanudación de vuelos en una medida que busca salvaguardar los Derechos Humanos de quienes migraron en busca de «alternativas» a las sanciones.
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado este jueves que las autoridades de Venezuela han acordado la reanudación de los vuelos de deportación, después de que Caracas los diese por terminados como represalia a los límites impuestos por la Administración de Donald Trump a la actividad de la petrolera Chevron.
«Me complace anunciar que Venezuela ha acordado reanudar los vuelos para hacerse cargo de sus ciudadanos que han violado las leyes de inmigración y han entrado ilegalmente en Estados Unidos», ha dicho en redes sociales el enviado norteamericano para misiones especiales, Richard Grenell.
Más tarde, el presidente de la Asamblea Nacional y designado para los Diálogos de Paz de Venezuela, Jorge Rodríguez, ha lanzado un comunicado en el que afirma que Caracas ha llegado a un acuerdo con Grenell para «repatriar hermanos venezolanos que se encuentran en Estados Unidos».
Según Rodríguez, esta medida garantiza los Derechos Humanos de los venezolanos migrantes y favorece la «reunificación de las familias» víctimas de las «graves consecuencias que las sanciones criminales» contra Venezuela, que han provocado el éxodo de venezolanos en busca de «alternativas».
«Ratificamos que cuidaremos de nuestros compatriotas donde quiera felicidad que llega a los hogares venezolanos cuando vemos regresar a sus hijos e hijas a su casa, a su patria, a un futuro digno que construiremos todos juntos», ha remachado Rodríguez en el citado escrito.
Los vuelos se reanudarán el viernes, según Grenell, que visitó Caracas a finales de enero y allanó el camino para un canje inédito de presos entre ambos países. En febrero, aterrizaron en Venezuela tres aviones procedentes de Estados Unidos y Honduras con unas 370 personas a bordo.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, reconoció el sábado que la decisión de la Administración Trump de suspender la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en el país latinoamericano había «dañado las comunicaciones» y, por extensión, los citados vuelos. «Teníamos ya programados con nuestros aviones para traernos a nuestros hermanos migrantes», declaró.
Maduro, que inició el pasado mes de enero un nuevo mandato tras unas elecciones que la oposición calificó de fraudulentas, ha defendido que Estados Unidos «se dio un tiro en el pie» porque «sancionan a una empresa estadounidense que tiene cien años aquí trabajando». De hecho, indicó que si de él dependiera Chevron podría quedarse «cien años más».
Por El Economista