La Prensa
Agencias
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para eliminar el Departamento de Educación.
La eliminación del Departamento de Educación se basa en su convicción de que la educación debe ser gestionada a nivel local, sin intervención federal.
Rodeado de alumnos sentados en pupitres en la sala este de la Casa Blanca, Trump sonrió con el decreto en la mano recién firmado.
Esta orden ejecutiva «empezará a eliminar el Departamento de Educación federal de una vez por todas», declaró.
Vamos a cerrarlo y cerrarlo lo más rápido posible. No nos está haciendo ningún bien», dijo Trump. «Vamos a devolver la educación a los estados».
El Departamento de Educación, creado en 1979, no puede cerrarse sin la aprobación del Congreso, pero el decreto de Trump probablemente pueda privarlo de fondos y de personal.
Es una de las medidas más drásticas de la reforma del gobierno federal que lleva a cabo, con la ayuda del magnate Elon Musk, el rostro visible de la comisión para la eficiencia gubernamental (DOGE) que busca recortar el gasto público.
El líder demócrata del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, calificó de «destructiva y devastadora» la decisión del presidente Donald Trump de desmantelar el Departamento de Educación.
Esta horrible decisión de Donald Trump repercutirá en los maestros, padres, líderes escolares y en la calidad de la educación que reciben nuestros hijos», estimó Schumer. «Los tribunales deben actuar para defender el estado de derecho y detener la toma de poder tiránica de Donald Trump», añadió.
Descentralización del sistema educativo
Trump sostiene que el gobierno federal ha tenido demasiada influencia sobre la educación pública en el país y que esta centralización ha llevado a una disminución de los estándares académicos.
Según Trump, la eliminación del Departamento de Educación permitiría que los estados y distritos escolares locales recuperen el control total sobre los planes de estudio, las normas de evaluación y la asignación de fondos.
Durante un evento en 2023, Trump declaró que:
Las decisiones sobre la educación deben ser tomadas por las comunidades y los padres, no por burócratas de Washington”.
Este enfoque busca empoderar a las familias para que elijan las mejores opciones educativas para sus hijos, incluyendo escuelas privadas, charter y opciones de educación en el hogar.
Una de las principales razones detrás de esta propuesta es la oposición de Trump a lo que él llama una “agenda progresista” en las escuelas públicas. Ha criticado duramente la implementación de programas que incluyen educación sexual integral, estudios de diversidad racial y de género, y considera que estos temas son inapropiados para las aulas. Según Trump, estas políticas promueven una ideología que va en contra de los valores tradicionales estadounidenses.
La propuesta de eliminar el Departamento de Educación ha generado un intenso debate. Sus partidarios argumentan que esta medida reducirá la burocracia y mejorará la calidad educativa, mientras que los críticos advierten que podría aumentar las desigualdades entre los estados y dejar desprotegidos a millones de estudiantes, especialmente a los de comunidades marginadas.
Aunque la eliminación del Departamento de Educación requeriría la aprobación del Congreso, Trump utilizó esta propuesta para movilizar a su base conservadora y reforzar su agenda de gobierno.