Por su entrega y vocación con los feligreses
La comunidad de Nueva Rosita llora la partida del querido párroco, quien dedicó su vida al servicio y amor por la iglesia y su gente
Karla Cortez
LA PRENSA
NUEVA ROSITA, COAHUILA.- La madrugada del viernes 21 de marzo, la comunidad de Nueva Rosita recibió con profundo dolor la noticia del fallecimiento del padre Humberto García Badillo, párroco de la Iglesia San José Obrero, ubicada en la colonia Hidalgo. Tras sufrir un infarto, el sacerdote, quien llevaba décadas al servicio de su comunidad, dejó un vacío imposible de llenar en el corazón de sus feligreses.
Elementos de la Agencia de Investigación Criminal llegaron a la parroquia tras recibir el reporte y confirmaron que la muerte del padre Badillo fue por causas naturales. A pesar de la tristeza por su partida, la comunidad de la iglesia San José Obrero, donde dedicó la mayor parte de su vida al servicio religioso, se reunió para rendirle un homenaje, reconociendo el profundo impacto que tuvo en la vida de los fieles. El padre Badillo se ordenó sacerdote el 19 de agosto de 1989 y este año hubiera celebrado 36 años de vida sacerdotal. Además, el 25 de marzo habría cumplido 68 años de edad, por lo que la parroquia ya tenía preparados los festejos por su cumpleaños y aniversario.
El legado del padre Humberto se extendió más allá de las paredes de la iglesia. Su cercanía con la gente, su dedicación a los más necesitados y su amor por la enseñanza religiosa lo convirtieron en una figura muy querida por los habitantes de la región. La noticia de su partida generó una fuerte reacción en la comunidad, quienes se reunieron para acompañar a la familia y a la iglesia en este difícil momento.
El cuerpo del padre Humberto fue trasladado a la iglesia de San Martín en Sabinas, donde fue velado durante toda la noche del viernes. Este sábado 22 de marzo, a las 12:00 horas, se llevará a cabo una misa en su honor, presidida por Monseñor Alfonso Miranda Guardiola, Obispo de la Diócesis de Piedras Negras. La misa será un espacio para recordar su vida y su labor en la iglesia. Tras la ceremonia, el cuerpo del padre Humberto será trasladado a Ramos Arizpe, donde será sepultado junto a su madre, tal como él lo había solicitado en vida, cerrando así el ciclo de una vida de servicio, entrega y amor a la comunidad.