Familiares alertados actuaron rápidamente, aunque el hombre, en estado etílico, no mostraba dolor
Ernesto Santos
LA PRENSA
“¡Se estaba quemando el cuerpo, pero no sentía nada!” exclamaron sorprendidos los familiares de Juan Lerma Torres, que por un descuido su vida estuvo en riesgo.
El hombre de 60 años de edad, prácticamente convertido en una antorcha humana, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en ambas piernas, caderas además el abdomen.
El exceso de alcohol fue un factor determinante, ya que Juan no sintió ni se dio cuenta del fuego se apoderaba de gran parte de su cuerpo.
Sus parientes, asustados, actuaron rápidamente rociándolo con agua y cubriéndolo con cobijas para sofocar las llamas.
Paramédicos de la Cruz Roja acudieron de inmediato a la calle Nueva, casi esquina con Génova, para atender al hombre.
Aunque no refería dolor, presentaba quemaduras graves en gran parte de su cuerpo y fue trasladado al hospital Amparo Pape.
El incidente ocurrió alrededor de las 17:30 horas, mientras Juan estaba sentado en su sillón como cualquier tarde, ingiriendo mezcalito y fumando.
Se quedó dormido y el cigarro cayó en su zona pélvica, iniciando el fuego que arrasó el sillón de tela e incluso le causó las severas heridas.
Pese a la gravedad del suceso, el sexagenario permaneció dormido, sin percatarse de la magnitud del suceso.
Por suerte, sus familiares se percataron a tiempo y lograron auxiliarlo, evitando una tragedia mayor. Sin embargo, el hombre se encuentra en estado delicado.