No sólo mejoran la salud, sino también benefician la economía familiar
Por Iván Villarreal
La Prensa
Sustituir los refrescos y las bebidas azucaradas por agua no solo mejora la salud, sino que también beneficia la economía familiar. Así lo destacó la licenciada Miriam Viviana Rosas Villela, jefa del servicio de Nutrición y Dietética adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 2.
Estas declaraciones se dieron en el marco del Día Mundial del Agua, conmemorado el pasado sábado 22 de marzo, fecha establecida desde 1993.
Rosas Villela subrayó que: “Al eliminar productos con alto contenido de azúcar, es posible bajar o mantener el peso adecuado, ya que mejora la digestión y la evacuación. Si bien lo ideal es beber ocho vasos —equivalentes a dos litros— de agua al día, cada organismo tiene necesidades diferentes en función del peso, la actividad física y los hábitos de vida”.
La especialista advirtió que no consumir la cantidad adecuada de agua puede aumentar, a mediano y largo plazo, el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y estructurales como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Asimismo, la deshidratación crónica puede derivar en la formación de coágulos, artrosis, problemas articulares y renales, lo que incrementa el riesgo de trombosis, infartos cerebrales y cardíacos.
Además, explicó que el agua juega un papel fundamental en el apoyo al torrente sanguíneo, facilitando el transporte de nutrientes a las células del cuerpo. Destacó que, hasta el momento, no existe ninguna bebida capaz de suplir los beneficios del agua natural, y reiteró la importancia de priorizar su consumo por encima de jugos, refrescos, café y bebidas alcohólicas.