Envía mensaje de solidaridad a madres buscadoras, una herida que se abre con el caso Teuchitlán, Jalisco
Alexis Massieu
La Prensa
Un mensaje de solidaridad por parte de la Diócesis de Saltillo, y de la Iglesia Católica con los familiares de las personas desaparecidas, fue el que dio el día de ayer el Obispo Hilario González durante una misa celebrada a mediodía en la Parroquia El Verbo Encarnado, en Ciudad Frontera, donde al finalizar, se bendijo a las madres buscadoras.
“Este domingo tercero de Pascua, llegamos con la disposición interior de convertirnos personal y socialmente. Hemos visto a Jesús venciendo las tentaciones, donde si bien, la pasión es difícil, es triste, y es dolorosa, sabemos que es el camino a la resurrección”.
“Tenemos el reto de seguir dando un buen testimonio, en estos tiempos en que prevalecen las malas noticias, en los que prevalece este ambiente de inseguridad, de amenaza, de tristeza, de jóvenes asesinados, de personas queridas desaparecidas”. Indicó Monseñor Hilario González
La realidad del mal—explicó–siempre cuestiona la existencia y la acción de un Dios bueno. Muchas personas dejan de creer por eso. ¿Por qué si Dios es bueno, permite que sucedan cosas malas?, poniendo como ejemplos la muerte de seis personas en Guanajuato y el campo de adiestramiento y exterminio que madres buscadoras denunciaron en Jalisco.
Refirió que cuando vemos situaciones como las enfermedades, las tragedias naturales, y las tragedias sociales de inseguridad, con asesinatos, y desaparecidos, en los que prevalecen personas o grupos perversos, injustos y crueles, se puede llegar a pensar en la ausencia de un Dios bueno, compasivo y justo.
Este tipo de males—abundó–pueden llevar a los creyentes a desanimarse y paralizar su testimonio de hijos de Dios por el mundo, e inclusive a pensar que mientras no nos toque a nosotros, o a nuestras familias, vamos a estar bien.
Sin embargo: dijo que al día de hoy, nos estamos dando cuenta de que nuestros hermanos, vecinos, amigos, gente de la misma iglesia, también está sufriendo este tipo de situaciones. “No podemos permanecer alejados, indiferentes, o encerrados en nosotros mismos”, sentenció el Obispo.
“Hoy la lectura del Éxodo nos recuerda que el primer ofendido y el primer preocupado por el mal en el mundo, es el Señor. Dios que se hace presente. El mismo Dios de Abraham y de Moisés”.
El respaldo de la de la Iglesia Católica al grupo de madres buscadoras, señaló, ha sido el de la oración, y el del acompañamiento para favorecer el diálogo con las autoridades.
Al concluir la misa, y al tiempo que el recién creado grupo de madres buscadoras de Monclova y Frontera, recibía la bendición por parte del Obispo, se soltaron globos blancos como un mensaje de paz y esperanza.