Centenares de personas protestaron en la embajada estadounidense en Copenhague
Dinamarca declaró el sábado que no aprecia «el tono» empleado por el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien criticó la supuesta inacción de Copenhague en la isla autónoma de Groenlandia, un estratégico territorio codiciado por el presidente Donald Trump.
«Estamos abiertos a las críticas pero, para ser sincero, no apreciamos el tono en el que fueron formuladas», dijo el ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, en un video en inglés en la red X.
«Así no es como se habla a sus aliados cercanos, y sigo considerando que Dinamarca y Estados Unidos son aliados cercanos», añadió.
La respuesta de Dinamarca pone fin a una semana de gran tensión entre ambos países, desencadenada cuando Estados Unidos anunció una visita no acordada de dirigentes norteamericanos al territorio autónomo.
Varios centenares de personas se congregaron el sábado delante de la embajada estadounidense en Copenhague, con pancartas en las que se leía «Trump/Putin stealing countries» (Trump y Putin roban países), «Yankees go hope» o «Make icecubes not war» (hagan cubitos de hielo, no la guerra), observó una periodista de AFP.
«Estamos preocupados por nuestra familia que vive en Groenlandia y nos preocupa lo que les pueda pasar si se produce la anexión, como amenazó Trump», declaró Kista Lynge Høegh, una groenlandesa.
«Queremos reunirnos para decir que la retórica estadounidense sobre Groenlandia y Dinamarca no es aceptable», insiste otro groenlandés, Mimik Rosing.
Durante la visita de la delegación estadounidense, que finalmente se limitó el viernes a la única base militar de la potencia norteamericana en la isla ártica, Vance estimó que Dinamarca «no ha hecho un buen trabajo para garantizar la seguridad de Groenlandia».
El canciller danés replicó este sábado que «el acuerdo de defensa de 1951 ofrece a Estados Unidos muchas posibilidades para tener una presencia militar mucho más fuerte en Groenlandia».
«Si es lo que ustedes quieren, hablémoslo», respondió el ministro en referencia al texto que regula la presencia estadounidense en la isla.
En 1945, Estados Unidos tenía 17 bases e instalaciones militares en Groenlandia, con miles de soldados, recordó.
«Podemos hacer más, mucho más en el marco actual», agregó.
La base de Pituffik, en la costa noroeste de Groenlandia, es una parte importante de la infraestructura de defensa antimisiles de Washington, ya que su ubicación en el Ártico la sitúa en la ruta más corta de la trayectoria si Rusia decide disparar un misil hacia Estados Unidos.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ya lamentó el viernes las críticas «injustas» de Estados Unidos, y recordó que Dinamarca estuvo a su lado «en algunas situaciones muy difíciles», en referencia al compromiso del país junto a las tropas estadounidenses, especialmente en Irak y Afganistán.
Para Trump, «muy importante» tener Groenlandia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, repitió el viernes que necesitan Groenlandia porque es «muy importante» para la seguridad internacional.
«Hasta ahora, todos hemos actuado partiendo del supuesto de que el Ártico era y debe seguir siendo una zona de bajo riesgo, pero esos días han pasado», dijo el jefe de la diplomacia danesa.
«El statu quo no es una opción, por eso hemos redoblado nuestros esfuerzos invirtiendo» en la seguridad del Ártico, añadió.
En enero, Copenhague anunció que iba a destinar casi 2.000 millones de dólares a reforzar su presencia en el Ártico y el Atlántico Norte.
Pese al tono amenazante de Trump, el vicepresidente estadounidense descartó el uso de la fuerza para apoderarse del territorio autónomo danés, asegurando que Washington logrará convencer a los groenlandeses para que se unan a Estados Unidos.
«Pensamos que los habitantes de Groenlandia son racionales y (…) que vamos a llegar a un acuerdo al estilo de Donald Trump para garantizar la seguridad de ese territorio y también la de Estados Unidos», señaló Vance.
El vasto territorio de 57 mil habitantes, casi el 90% de ellos de la etnia inuit, dispone de autonomía dentro de Dinamarca, que conserva competencias en diplomacia, defensa y política monetaria y suministra una ayuda anual que representa un 20% del PIB de la isla.
Groenlandia acaba de estrenar un nuevo gobierno de coalición, y la mayoría de sus habitantes desean la independencia del territorio.
Según un sondeo publicado a finales de enero, la mayoría también rechaza cualquier perspectiva de convertirse en estadounidense.
Por El Universal