Este 2 de abril será el «Día de la Liberación», Estados Unidos aplicará el 25% de aranceles a los demás países
Washington. Luego del acero y el aluminio y antes de los automóviles, el presidente estadounidense Donald Trump se prepara para anunciar el miércoles tarifas aduaneras «recíprocas» que cambiarán las reglas del juego del comercio mundial.
El 2 de abril, apodado «Día de la Liberación«, Trump prevé levantar nuevas barreras aduaneras que dependerán de los aranceles que los países concernidos imponen a los productos estadounidenses, pero también de otros factores.
«Empezaríamos con todos los países, y vemos qué sucede», dijo Trump el domingo a los periodistas a bordo del Air Force One. Cuando le preguntaron cuáles se verán afectados dijo que no sabía si serán «15 países, 10 o 15» y aseguró que «no hay un límite».
Antes de esa declaración, se esperaba que la nueva ronda de aranceles del 15% estarían dirigidos a los países que más desequilibrios comerciales tienen con Estados Unidos, un grupo que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, llamó «Los sucios 15».
Trump está persuadido de que el mundo entero, en especial los aliados de Estados Unidos, «se aprovecha» de su país.
«Nos estafaron como nunca se ha estafado a ningún país en la historia y vamos a ser mucho más amables de lo que ellos fueron con nosotros», afirmó.
Su plan preciso es un misterio, como la amplitud de la respuesta de los países en la mira. China y Canadá comenzaron a responder a los aranceles en su contra. La Unión Europea promete hacer lo mismo.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, consideró este lunes que Europa se halla ante «un momento existencial».
«Él lo llama ‘Día de la Liberación’ en Estados Unidos pero yo lo veo como un momento en el que debemos decidir juntos cómo tomar mejor las riendas de nuestro destino y creo que es un paso hacia la independencia», declaró a la radio France Inter.
A partir del 3 de abril a las 04:01 GMT, Estados Unidos prevé además imponer 25% de aranceles a los vehículos fabricados fuera del país.
La decisión afecta en particular a Canadá y México, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), y donde los fabricantes estadounidenses tienen plantas.
Como hay que tener en cuenta que cada nueva medida se acumula a la anterior, los vehículos chinos, por ejemplo, serán objeto de aranceles más altos que los europeos, por el momento.
La obsesión de Trump
El hecho de que Estados Unidos importa más de lo que exporta es una obsesión para el mandatario republicano. A su entender es la demostración de que los otros países abusan del acceso al mercado estadounidense sin demostrar la misma apertura de su lado.
Trump considera que no se trata solo de tasas aduaneras, como en China o India, sino también de barreras reglamentarias. Apunta a la fiscalidad interna de los Estados europeos, ya que juzga demasiado elevado el nivel del impuesto al valor agregado local en algunos de ellos.
Si en un primer momento no imaginaba «ni exención, ni excepción», Trump ha enviado luego leves señales de distensión. El miércoles afirmó que los aranceles «recíprocos» podrían ser «más clementes«, a pesar de que tocarán «a todos los países».
Las estimaciones del Laboratorio presupuestario de la Universidad de Yale calculan un 5% más para Canadá, 16% para México, 17% para India, cerca de 19% para Francia y Alemania, y 13% para China, que, sin embargo, ya se ha visto particularmente penalizada.
Para Trump se trata de financiar al menos en parte los recortes de impuestos que quiere aplicar a los estadounidenses mientras mantiene, teóricamente, el sistema de pensiones y de salud de las personas mayores, al igual que los gastos militares.
En su lógica, el aumento de los precios provocado por las tarifas aduaneras es compensado por un mayor poder adquisitivo, gracias a una menor presión fiscal, y por la baja de ciertos costos a partir de su política a favor de las energías fósiles.
Según los modelos efectuados por la Universidad de Yale, la factura podría ser elevada para los hogares estadounidenses, ya que plantean una pérdida media de ingresos disponibles de más de 2 mil 700 dólares, y más de 3 mil dólares si los socios de Estados Unidos responden a los aranceles impuestos por Washington.
Por El Universal