En Domingo de Ramos
El obispo Hilario González invita a vivir la Semana Santa con fe, prudencia y reflexión
Susana Mendoza
La Prensa
Al iniciar la Semana Santa, cientos de fieles católicos se congregaron en el atrio de la Catedral de Saltillo para aclamar públicamente a Jesús como Rey y Señor, y para bendecir los tradicionales ramos de laurel y manzanilla. Desde una plataforma frente al templo, el obispo Hilario González ofició la ceremonia de bendición y roció con agua bendita los ramos que los feligreses alzaban con devoción.
Durante su mensaje, el obispo recordó que Jesús no es un personaje del pasado, sino alguien que nos acompaña en la vida cotidiana. “Bendito el que viene en el nombre del Señor”, proclamó, y añadió que Cristo llega para traer paz y justicia, dones urgentes para el país.
“Es el Señor mismo quien viene a traernos paz y justicia. También pidamos eso para nuestro país. Tradicionalmente oramos por la paz y la justicia cada tercer domingo de mes, y ahora lo haremos durante todo el Domingo de Ramos y la Semana Santa”, señaló.
Hilario González invitó a los católicos a acompañar a Jesús en su pasión y muerte, con la esperanza de participar también en su resurrección. “Creo que todos estamos dispuestos a acompañar a Jesús en estas celebraciones, para reforzar nuestra fe, aumentar nuestra esperanza y avivar nuestra caridad”, expresó.
El obispo exhortó a vivir esta Semana Santa con auténtico espíritu cristiano, siendo discípulos fieles de Jesús y permaneciendo cerca de Él, especialmente en estos días en que se rememora su sacrificio.
“Que seamos de los que están cerca, en medio de la muchedumbre que llora, lo acompaña y se golpea el pecho como signo de arrepentimiento por un inocente que fue ajusticiado por nosotros, los culpables”, manifestó, aludiendo a los pasajes evangélicos que narran la traición de Judas, la negación de Pedro, los insultos de los soldados y el abandono de los discípulos.
Finalmente, hizo un llamado a vivir la Semana Santa con prudencia, respeto y recogimiento. “Ojalá la vivamos cristianamente y nos demos tiempo para la oración, para la reflexión y para convivir sanamente, sin excesos y con mucho cuidado”, puntualizó.