La comunidad católica vive con alegría el inicio de la Semana Santa
Por: Lucero Velázquez
LA PRENSA
Parras, Coahuila.– El Domingo de Ramos se vivió con gran entusiasmo en Parras, donde la comunidad católica se congregó en templos y capillas para conmemorar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, marcando el inicio de la Semana Santa.

Desde tempranas horas, familias enteras se dieron cita en la Parroquia de Santa María de las Parras, así como en distintas iglesias de la región, llevando consigo palmas, ramas de laurel y manzanilla. Con fe y devoción, los feligreses participaron en las procesiones y en la bendición de ramos, reviviendo uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico.

La jornada litúrgica comenzó con la misa solemne presidida por el párroco local, Oscar Rodríguez Rivera, quien exhortó a los asistentes a vivir esta Semana Santa con recogimiento espiritual. “Cristo no murió en silencio, sino gritando su amor por nosotros, por cada joven, adulto, pecador y santo”, expresó durante su homilía.

Como ya es tradición, se realizó una procesión simbólica desde la Plaza de Armas hasta el templo principal, encabezada por Parroco Oscar Rodríguez Rivera sacerdote de la zona. El recorrido fue acompañado por cantos y oraciones, reflejando el fervor de un pueblo que mantiene vivas sus tradiciones religiosas.

En el centro de Parras, se vivió también un ambiente festivo con la presencia de comerciantes que ofrecieron palmas tejidas, flores, figuras religiosas y otros artículos alusivos a la fecha.
Testimonios de fe:
“Para mí es una bendición poder asistir cada año con mis hijos. Es algo que me conecta con mis raíces y me recuerda lo importante que es enseñarles la fe desde pequeños”, compartió la señora Magdalena Ruiz, vecina del barrio La Estación.

Por su parte, el joven Alejandro López, de 16 años, mencionó: “A veces los jóvenes pensamos que esto no es para nosotros, pero vivirlo en comunidad te hace sentir parte de algo más grande. Este día me da paz.”
Economía con fe:

El día también fue una oportunidad para los comerciantes locales. Doña Lupita, quien cada año elabora palmas adornadas con listones y flores secas, expresó: “Es una tradición bonita que también nos ayuda a salir adelante. La gente lo valora, y eso nos motiva a seguir año con año.”
