China responde a Trump por guerra comercial y exige diálogo sin chantajes desde EU.
China instó el miércoles a Estados Unidos a “dejar de imponer condiciones y chantajes” después de que la Casa Blanca trasladara a Pekín la responsabilidad de iniciar una negociación para desescalar la guerra comercial entre las dos grandes economías mundiales.
El presidente estadunidense, Donald Trump, lanzó una batalla arancelaria contra aliados y rivales en la que China se llevó la peor parte, con tarifas adicionales del 145 por ciento para sus productos importados al país norteamericano.
El gigante asiático respondió con aranceles del 125 por ciento para los bienes estadunidenses. “China no desea luchar, pero no tiene miedo de luchar”, reiteró el miércoles Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Si Estados Unidos realmente quiere resolver el asunto mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y hablar con China sobre la base de la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo”, argumentó.
China decidirá futuro de los aranceles
Nuevos frentes arancelarios abiertos por Trump, dirigidos contra algunos minerales y objetos electrónicos, afectaron también al resto de bolsas mundiales el miércoles, que se situaban en negativo.
El martes, la Casa Blanca trasladó a China la responsabilidad de dar el primer paso para desescalar la disputa que, según numerosos economistas, puede conducir a una recesión global.
“La pelota está en la cancha de China. China necesita alcanzar un acuerdo con nosotros. No tenemos que hacer un trato con ellos”, afirmó Trump en una declaración leída por su portavoz, Karoline Leavitt.
Pese a esta disputa, la economía china creció un 5.4 por ciento en el primer trimestre. El resultado, mejor de lo esperado, no refleja todavía los efectos de la escalada arancelaria lanzada en abril.
En la presentación de estas cifras, un alto cargo de la Oficina Nacional de Estadística china reconoció “cierta presión sobre el comercio y la economía”, pero expresó confianza en su capacidad de “enfrentar los retos externos”.
Además de la subida drástica de aranceles, Pekín tomó otras medidas de represalia hacia los negocios estadunidenses, como suspender la recepción de aviones del fabricante Boeing.
Según confirmó la federación de exportadores de carne de Estados Unidos, China además decidió no renovar las licencias de la mayoría de vendedores de ternera desde marzo.
Negociaciones por aranceles
La estrategia de Trump fue más conciliadora con el resto de países, a quienes otorgó 90 días para negociar antes de aplicar la última ronda de aranceles “recíprocos”.
El miércoles, por ejemplo, un representante del gobierno japonés se reunirá en Washington con el secretario del Tesoro, Scott Bessent. El presidente estadunidense anunció que participaría.
Concebida con el objetivo de relocalizar a Estados Unidos la producción industrial, la política arancelaria de Trump ha golpeado algunos de sus principales socios como Japón, Corea del Sur, la Unión Europea, México y Canadá.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró en una entrevista a la revista alemana Die Zeit que el bloque está “en una posición de fuerza” ante futuras negociaciones.
Además de un arancel universal del 10 por ciento a todos los países, Trump decretó también tarifas sectoriales al acero y el aluminio y a los automóviles y sus componentes.
Además, estudia aplicar medidas similares a los semiconductores y los productos farmacéuticos.
POR: EXCELSIOR