Llevó una vida llena de esfuerzo en su labor como comerciante y el amor incondicional hacia los cinco hijos que lloran su intempestiva partida
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
La vida de doña Martina Flores se apagó de forma repentina y dolorosa, dejando tras de sí una historia marcada por la entrega, el esfuerzo y el amor incondicional hacia sus cinco hijos.
Este pasado miércoles, familiares, amigos y comerciantes la despidieron con lágrimas, flores y un profundo sentimiento de injusticia, luego de que perdiera la vida en un accidente carretero mientras viajaba en busca de mercancía, como lo hacía desde hace años para sostener su hogar.
Cabe recordar que, el accidente ocurrió cuando la unidad de transporte de la empresa Viajes Rivera en la que viajaba Martina volcó en una curva cerrada, en el mismo vehículo iba su pareja, Claudio Alonso Pérez, quien también falleció.
Johnny Antonio González Flores, hijo de doña Martina quien, visiblemente afectado, compartió los últimos momentos que vivió junto a su madre. “Fue un golpe muy fuerte… no era su momento, no así”, expresó.
Doña Martina era conocida por su trabajo incansable en el comercio informal, actividad con la que logró sacar adelante a sus cinco hijos sin ayuda de nadie, siempre con el esfuerzo que ponía ella sola.
Relató Johnny que a pesar de que sus hijos ya son adultos, ella seguía viajando constantemente, gestionando mercancía y manteniendo su negocio con energía y orgullo, su compromiso siempre total con el negocio y sus clientes.
Apenas unos días antes del accidente, Martina había estado en casa de su hijo plantando flores, sin que nadie imaginara que sería uno de sus últimos momentos juntos.
Dio a conocer que, la empresa responsable se ha comprometido a cubrir parte de los gastos funerarios, pero aún hay muchos pendientes, incluyendo el traslado del cuerpo, el féretro y el pago del panteón.
Manifestó que, su familia ha comenzado a dialogar sobre la posibilidad de continuar con el negocio que ella levantó con tanto sacrificio y esperan seguir manteniendo este legado que deja su madre.