El funeral del Papa Francisco reunió a líderes mundiales y fieles en una emotiva ceremonia en la Plaza de San Pedro, seguida por su inhumación en la Basílica de Santa María la Mayor.
Un adiós multitudinario
Tras la misa, el féretro fue trasladado en un papamóvil adaptado para la ocasión, el mismo que Francisco usó en un viaje a Oriente. El cortejo fúnebre, que recorrió los seis kilómetros entre la Plaza de San Pedro y la Basílica de Santa María la Mayor, fue seguido por unas 150 mil personas, según datos de las autoridades italianas.
La procesión pasó por lugares emblemáticos de Roma, como la Via della Conciliazione y el Coliseo, donde miles de fieles aplaudieron y arrojaron flores al paso del féretro. A pesar de que se esperaba un ritmo “solemne”, el traslado fue más rápido de lo previsto, durando unos 30 minutos.
Las Fuerzas Armadas italianas reforzaron la seguridad con aviones Eurofighter, un destructor en Fiumicino y un sistema antidrones, garantizando un evento sin incidentes.
A lo largo del recorrido, los cánticos y rezos se mezclaron con muestras de dolor. Carteles con frases como “Gracias, Francisco” y “Santo subito” (santo ya) eran visibles entre la multitud, reflejando el impacto del Papa en los fieles.
En las escalinatas de Santa María la Mayor, un grupo de necesitados, seleccionados por el Vaticano, rindió un último homenaje, un gesto que conmovió a los presentes.
Última morada del Papa Francisco
La ceremonia en la Basílica de Santa María la Mayor fue privada, reservada a cardenales, religiosos y un reducido grupo de fieles.
El féretro fue depositado en un nicho en la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, cerca del ícono de la Salus Populi Romani, al que Francisco tenía una devoción especial.
La tumba, diseñada según las instrucciones del Papa, es un sencillo bloque de mármol blanco de Liguria con la inscripción “Franciscus” y una reproducción de su cruz pectoral. No hay ornamentaciones ni decoraciones, reflejando la austeridad que caracterizó su pontificado.
El arcipreste de la basílica, Rolandas Makrickas, confirmó que el sepulcro está en la tierra, como pidió Francisco, y estará abierto al público a partir del domingo 27 de abril.
Legado imborrable
El funeral del Papa Francisco no solo marcó el cierre de un pontificado de 12 años, sino también el inicio de los Novendiales, nueve días de misas en sufragio que culminarán el 4 de mayo. El cónclave para elegir a su sucesor se espera entre el 5 y el 10 de mayo, aunque podría adelantarse si los cardenales electores están presentes en Roma.
La ceremonia fue un reflejo de los valores de Francisco: humildad, cercanía con los marginados y un llamado a la paz. Su decisión de ser enterrado fuera del Vaticano, en Santa María la Mayor, rompió con siglos de tradición, consolidando su imagen como un Papa reformador.
Líderes como Ursula von der Leyen destacaron su legado en redes sociales:
«Nos recordó que el amor debe llegar a los marginados, a los desplazados, a los olvidados, a los sin voz.”
En Argentina, el duelo nacional de siete días decretado por Milei se vivió con intensidad, mientras que en Roma, la ciudad se prepara para un cónclave que definirá el futuro de la Iglesia.
El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, dejó un legado que, como dijo el cardenal Re, “marcará a la Iglesia y a la humanidad por generaciones”.
POR: EXCELSIOR