A pesar del riesgo, las personas repatriadas buscan regresar a EE.UU
Susana Mendoza
La Prensa
Ante la deportación masiva de connacionales, el Gobierno Federal implementó un programa de albergues en varios estados fronterizos, como Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Sin embargo, la estrategia no ha tenido el impacto esperado, y algunos refugios podrían cerrar sus puertas en breve, advirtió José Luis Manzo, coordinador de Atención Humanitaria en la Casa del Migrante Saltillo.
Manzo explicó que estos centros, que requerían de una considerable infraestructura y ofrecían servicios como la carta de repatriación y documentos oficiales, no han recibido al grueso de los grupos deportados. “La afluencia ha sido menor a la prevista. Hay albergues que ya están considerando cerrar. Se trata de estructuras en las que se invirtieron grandes recursos que pudieron haberse destinado a otros programas más efectivos”, señaló.
En el caso particular de Coahuila, hace aproximadamente tres semanas arribó un contingente de alrededor de 600 personas a través de Piedras Negras. Sin embargo, la mayoría no permaneció en los albergues.
“La gente no se quiere quedar. Harán lo imposible por regresar a Estados Unidos. Muchos llevan 10, 15, 20 o hasta 30 años viviendo allá; tienen hijos, hijas, familias formadas. En México, en cambio, enfrentan una red social débil o nula”, explicó el coordinador.
Además, recordó que los albergues fueron concebidos como espacios de tránsito, donde los repatriados sólo permanecerían por un corto periodo antes de reinsertarse socialmente o planear su próximo destino.
La problemática se agrava con la implementación de vuelos unilaterales por parte de Estados Unidos, que transportan a migrantes deportados hacia lugares lejanos de la frontera norte, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Tabasco o Tapachula, con la intención de disuadir su reingreso. Esta estrategia dificulta aún más el retorno de los migrantes hacia Estados Unidos.
A esto se suma el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur, así como el reforzamiento de la seguridad del lado estadounidense, lo que incrementa los riesgos para mexicanos y migrantes de otras nacionalidades que, a pesar de las dificultades, siguen en busca del llamado “sueño americano”. Ahora, deberán encontrar nuevas rutas, cada vez más peligrosas, para intentar alcanzar su objetivo.