Un evento astronómico poco frecuente coincide con la luna llena de mayo y se podrá observar a simple vista desde distintos puntos del planeta
La Luna llena del 12 de mayo, tradicionalmente conocida como la “Luna de Flores”, será especial este año porque coincidirá con el apogeo lunar, dando lugar a la última microluna de 2025.
Este fenómeno, aunque sutil a los ojos, tiene un gran valor astronómico y cultural.
¿Qué es la microluna?
El próximo lunes 12 de mayo, el cielo nocturno ofrecerá un espectáculo digno de atención: la llamada Luna de Flores, que coincide con un evento menos frecuente y menos notorio a simple vista: la microluna.
Esta coincidencia ocurre cuando la Luna se encuentra en su punto más alejado de la Tierra, conocido como apogeo, justo en el momento en que alcanza su fase llena. Como resultado, el satélite se ve ligeramente más pequeño y menos brillante de lo habitual.
Aunque la diferencia de tamaño y brillo respecto a una luna llena común es mínima (alrededor de un 6% más pequeña y hasta un 14% comparada con una superluna), los observadores atentos pueden notar una apariencia más discreta en el cielo.
A nivel visual, esta reducción no impide que sea un fenómeno impactante, sobre todo por el simbolismo y las tradiciones que rodean a la luna llena de mayo.
El término microluna se utiliza tanto para lunas llenas como nuevas que ocurren durante el apogeo lunar. En este caso, se tratará de la última microluna del año, lo que la convierte en una ocasión ideal para observar y aprender más sobre la dinámica orbital de nuestro satélite.
La fase exacta de plenitud se alcanzará a las 10:56 horas (tiempo de México), aunque la mejor oportunidad para disfrutar del evento será durante la noche del mismo 12 de mayo, cuando el cielo esté oscuro y despejado. El fenómeno podrá observarse desde cualquier parte del mundo sin necesidad de telescopios, aunque los binoculares o cámaras pueden ayudar a capturar más detalles.
Un mes de mayo cargado de eventos celestes
Mayo de 2025 no solo trae consigo una microluna: el calendario astronómico del mes está lleno de alineaciones y encuentros celestes. Días antes, entre el 3 y el 4 de mayo, la Luna en cuarto creciente se acercará visualmente a Marte y al cúmulo estelar del Pesebre, generando una espectacular conjunción que podrá apreciarse sin instrumentos desde zonas con poca contaminación lumínica.
Otro evento destacado será la ocultación de la estrella Asellus Borealis por la Luna, visible únicamente desde el este de Estados Unidos y Canadá. Aunque breve, este fenómeno ofrece una experiencia única para los aficionados a la astronomía que cuenten con binoculares y cielos despejados.
Más adelante, las noches del 22 y 23 de mayo ofrecerán una serie de alineaciones planetarias: la Luna menguante se acercará a Saturno, Neptuno y Venus en la constelación de Piscis. Mientras que Saturno y Venus podrán verse a simple vista, para observar a Neptuno se requerirán binoculares.
Los astrónomos resaltan que este último planeta se encontrará muy cerca de la Luna, lo que permitirá ver ambos cuerpos dentro del mismo campo visual.
Finalmente, el 27 de mayo, la llegada de la Luna nueva permitirá explorar objetos de cielo profundo como nebulosas y galaxias, gracias a la oscuridad total que proporciona la ausencia de luz lunar.
Por El Universal