Isamar Cázares le da un toque especial a los taquitos de olla. Su actividad comercial la entrelaza con la crianza de sus hijos y su nieta
Por Iván Villarreal
La Prensa
Por el Día de las Madres, celebramos a mujeres que con su trabajo, amor y fortaleza sostienen a sus familias. Esta es la historia de Isamar Cázares, madre, hija, hermana y vendedora de taquitos de olla, quien ha encontrado en el trabajo familiar no solo un sustento, sino una manera de vivir con dignidad y amor.
«¿Isamar qué? Cázares»
Así inicia la charla con Isamar Cázares, una mujer que lleva el apellido con orgullo. “No es botana”, dice entre risas, “es apellido bueno”. Su historia no solo es buena: es una muestra de lucha cotidiana, sabor y calor familiar. Desde hace dos años, Isamar trabaja en el negocio familiar de venta de taquitos de olla, heredado de su madre, quien lleva cerca de 18 años sosteniendo esta tradición.
Familia, trabajo y enseñanza
Cada día, Isamar llega al centro de la ciudad con sus hijos, su nieta, incluso con su hermano. “Me la paso aquí, no hay otra opción más que traerlos. Pero ellos me siguen. Ellos me siguen”. Mientras grita sus nombres cuando van al baño o se distraen en la plaza, también les enseña a trabajar, a convivir y a valorar el esfuerzo.
Su hija mayor, Ángela, de 18 años, ya es madre. Johan, de 14, atraviesa las típicas etapas de la adolescencia —ya no ayuda tanto como antes— y Dana, de 11, aún le apoya. Y luego está la nietecita, “esa que me anda robando el corazón”.
El amor por lo que se hace
No todo ha sido fácil. Isamar vive sola con sus hijos menores. “A veces es difícil llevar el gasto uno sola”, dice, pero cuenta con el apoyo de sus padres y con algo más importante: el amor por lo que hace. “Me enamoré un día de lo que estaba haciendo. Ver a tanta gente, entretener tu cabeza, no pensar en otras cosas. Es como una terapia”.
Esa terapia le ha dado tiempo con sus hijos, la tranquilidad de estar cerca de sus escuelas, y la satisfacción de ver rostros felices al probar sus tacos.
Un mensaje de madre a madre
“Sí hay salida a muchas cosas”, dice a otras mujeres que puedan estar atravesando momentos difíciles. “Hay maneras de buscar trabajo, de buscar la forma”. Isamar lo ha hecho con amor, con esfuerzo, y sobre todo, con la fuerza que solo una madre conoce.
En este Día de las Madres, celebramos a mujeres como ella, que no solo alimentan cuerpos con sus tacos de olla, sino también corazones con su ejemplo.