Cada mañana se levanta a hornear pays que más tarde vende en las calles de Monclova. Junto a su esposa, afectada por un cáncer, lucha por sobrevivir
Por Iván Villarreal
La Prensa
A sus 59 años, César Nava Osuna se levanta cada mañana con un propósito claro: seguir adelante. Pensionado por invalidez desde hace siete años debido a problemas lumbares, desde hace 18 años, con manos firmes y corazón entregado, hornea y vende pays de queso por las calles de Monclova, en una lucha diaria que va más allá de lo económico.
Desde hace dos años, la vida de don César cambió drásticamente cuando a su esposa le diagnosticaron cáncer de colon. Aunque fue operada y el mal fue extirpado, la enfermedad regresó hace siete meses. “Ahorita la estamos pasando mal en lo emocional y en lo económico”, reconoce. A pesar de contar con Seguro Social, muchos medicamentos no están disponibles y deben comprarlos por su cuenta. Además, la alimentación de su esposa requiere una dieta especial, lo que eleva los gastos familiares.
“La venta de pays ha significado un apoyo, porque ahora se nos han incrementado más los gastos”, afirma. Pero ese ingreso no siempre alcanza. Don César ha buscado ayuda, aunque sin éxito. “No me gusta pedir dinero, mejor pido trabajo”, dice con firmeza. Ofrece pintar casas a bajo costo, hacer lo que esté a su alcance para ganarse dignamente el sustento. “Nos inculcaron a trabajar, a ser autosuficientes”, recuerda con orgullo. Esa dignidad del trabajo la defiende incluso con su salud limitada.
Además de los problemas médicos y económicos, don César enfrenta la escasez de insumos para seguir su labor como repostero. “Necesito lecheras, huevo, galleta amarilla… si puedo conseguir el material a un precio más justo, puedo seguir haciendo mis pays”, comenta. Le duele la situación, pero insiste en no convertirse en una carga para nadie. “Todos estamos al día. La economía nos está golpeando duro a la mayoría”.
¿Qué lo sostiene en medio de tantas adversidades? La fe. “La fe en nuestro Creador, en nuestro Dios, es lo que nos hace fuertes”, dice con serenidad. Asegura que él y su familia confían en que vendrán tiempos mejores. “Pedimos el reino de Dios, que venga su reino y desaparezcan los problemas, las enfermedades, incluso la muerte”.
Don César no es solo un vendedor de pays. Es un hombre que resiste, que lucha con dignidad, que encuentra fuerza en la espiritualidad y en su sentido del deber. Es un reflejo de muchas historias en Monclova: las de quienes enfrentan crisis con trabajo, fe y un corazón dispuesto a no rendirse.
Si usted tiene un trabajo que le pueda ofrecer a Don Cesar su número de teléfono es: 8661754496, y su domicilio se ubica en calle priv. Valencia, 517 colonia el pueblo Monclova.