La inseguridad alcanza al círculo cercano de Clara Brugada, en medio de una preocupante ola de violencia nacional.
Ciudad de México.— La mañana de este martes, Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y José Muñoz, asesor de la misma administración, fueron asesinados en un ataque directo en la colonia Moderna, alcaldía Benito Juárez. Según reportes, ambos funcionarios fueron interceptados por sujetos armados a bordo de una motocicleta mientras viajaban en un vehículo oficial, y murieron en el lugar a causa de los disparos.
El doble homicidio ha sacudido al entorno político de la capital y se suma a un contexto nacional donde la violencia se ha vuelto parte del día a día. Tan solo en el primer cuatrimestre de 2025, México ha registrado más de 9 mil homicidios dolosos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Las cifras, aunque con variaciones regionales, mantienen a la violencia como una de las principales preocupaciones ciudadanas.
La Ciudad de México no ha sido ajena a esta tendencia. A pesar de la narrativa oficial que presume una baja en ciertos delitos, los hechos de alto impacto, como este asesinato, revelan una creciente vulnerabilidad incluso dentro del aparato institucional. Ximena Guzmán formó parte del equipo cercano de Brugada desde su paso por la alcaldía Iztapalapa, lo que agrava la gravedad del ataque.
La propia jefa de Gobierno y diversos actores políticos condenaron el crimen. Las autoridades capitalinas han anunciado que ya se revisan cámaras de seguridad de la zona y se ha abierto una carpeta de investigación para dar con los responsables.
