Por: Willem Veltman
En enero 2025 publicamos en este mismo periódico un reporte sobre pinturas rupestres, durante una visita de campo que efectuó nuestro grupo Arqueosaurios en el año 2002 a la hacienda de La Mesa de Catujanes (Cartujanos).
Asimismo, decidimos revisitar un área de petroglifos que habíamos visitado en el 2002 durante un recorrido a Boquillas del Carmen, el Presidio San Vicente, y Piedritas en 2002. Partimos de Monclova el día 22 de marzo 2025, para un viaje de 2 días, y esta vez al rancho San José de las Piedras, y a Piedritas, pertenecientes al Ejido San Miguel, Coahuila. Nos recibieron el dueño Don Benito Hernández Garcia, su esposa Santa Martha de la Cruz, y sus nueras que nos prepararon una comida muy sabrosa: cortadillo de pollo.
San José de las Piedras, desde los años 1700 ha sido un lugar de reabastecimiento para los colonizadores españoles, por el agua que brota en el cerro. El Mayor de Caballería Blas M. Flores lo registra en su mapa de 1881, de su campaña contra las tribus salvajes, y utilizó San José de las Piedras como base de operaciones. Sus tropas se detenían allí en camino al antiguo presidio de San Vicente, cerca de la punta de la Gran Curva del Río Grande.
La famosa arqueóloga de pinturas rupestres Solveig Turpin (1936-2020) menciona: ~ ~ “San José de las Piedras fue otro nodo en el sistema de senderos a través del Bolsón y presenta lo que podrían considerarse pictografías típicas de los indígenas de las llanuras que muestran combates entre guerreros a caballo y a pie. Se representan al menos tres episodios pictóricos diferentes: guerreros a pie armados con escudos, combatientes a caballo con lanzas e imágenes de aves que se alzan por encima de todo. A principios del siglo XX el grafiti cubre el panel central, pero los primeros viajeros también dejaron su huella, lo que ilustra la rapidez con la que la pintura se erosiona en este entorno.
El “Forty-niner” George Evans [ed.: los Forty Niners fueron los aventureros que en el año 1849 atravesaron el continente americano para llegar a California durante la fiebre de oro] escribió en su diario: “21 de mayo de 1849… nos encontramos al pie de una montaña de rocas rojas, de cuya ladera fluía en una corriente débil, agua viva… Rocas que probablemente pesarán 200,000 toneladas yacen en círculo alrededor de esta agua, y 10 hombres podrían defenderse contra quinientos. Escribo estas líneas en una cueva, cuyas paredes están decoradas con figuras que representan al cazador persiguiendo al búfalo, al caballo y al guerrero, y otras representaciones, toscamente dibujadas y coloreadas con tintes opacos de diversos tonos. Tomé un carbón y en letras grandes escribí mi nombre en la pared, y, por humilde que fuera, espero que el transeúnte vea y reconozca la mano”. ~ ~
El texto de Evans duró apenas unos 100 años. Fotos tomadas en 1966 todavía muestran su nombre, escrito en negro sobre la pintura rojiza de los indios, pero para 1995 ya había quedado totalmente borrado.
Otras pinturas rupestres se encuentran a 32 kilómetros al oeste de San José de las Piedras, en la comunidad de Piedritas, donde nuestro guía fue Don Cuauhtémoc Huistlar Guzman. Ahí se encuentra una agrupación de rocas enormes en el centro del pueblo, frente la iglesia, que también conservan restos de arte rupestre. Una figura, llamada La India, supuestamente muestra a una mujer con un vestido largo, pero la exposición a la intemperie ha erosionado la pintura hasta hacerla casi irreconocible.
Referencias: “El arte indígena en Coahuila”, Solveig A. Turpin, ISBN 6077584991
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Contribución de: Willem Veltman, con apoyo de socios Arqueosaurios A.C. (1997) ~ Luis Alonso Armendáriz Otzuka, Arnoldo Bermea Balderas, Juan Latapi O., José Mariano Orozco Tenorio, Francisco Rocha Garza, Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, y Ramón Williamson Bosque.
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