El ciclista mexicano Isaac del Toro fue bendecido por el Papa León XIV en la última etapa del Giro de Italia
Isaac del Toro, uno de los grandes protagonistas del Giro de Italia 2025, recibió este domingo la bendición del Papa León XIV, en un emotivo acto que marcó el inicio de la etapa final de la carrera. El gesto del pontífice, el primero estadunidense en la historia del Vaticano, se convirtió en un símbolo del impacto global del ciclismo y del papel inspirador que figuras emergentes como el mexicano tienen en el deporte.
EL MENSAJE DEL PAPA LEÓN XIV A ISAAC DEL TORO
Durante la salida neutralizada de la 21ª etapa, el pelotón rodó a baja velocidad por los jardines del Vaticano, atravesando uno de los escenarios más simbólicos del mundo. Los ciclistas se detuvieron frente al sumo pontífice, quien saludó personalmente a los portadores de los maillots distintivos, entre ellos Simon Yates —líder de la clasificación general— y Del Toro, quien defendía la maglia blanca al mejor joven.
“Bienvenidos al Vaticano, me complace saludaros en esta última etapa del Giro; espero que sea una bella jornada para todos”, expresó el Papa León XIV, antes de bendecir a los corredores. En su discurso, destacó al pelotón como “modelos para todos los jóvenes del mundo”, reconociendo la trascendencia de su esfuerzo, disciplina y valores deportivos.
EL GRAN GIRO DE ISAAC DEL TORO
El encuentro fue también un momento de fuerte carga simbólica para Del Toro, quien a sus 21 años ha cautivado al mundo del ciclismo con su talento, determinación y carisma. Proveniente de Ensenada, Baja California, y formado fuera de las estructuras tradicionales del deporte mexicano, Isaac ha labrado su camino hacia la élite con una mezcla de humildad y ambición. Su desempeño en el Giro confirmó su potencial, consolidándolo como la gran promesa del ciclismo latinoamericano.
La ceremonia en el Vaticano, que inicialmente había sido planeada como parte del Jubileo, pero que acabó convirtiéndose en homenaje al fallecido Papa Francisco, representó un momento histórico para el Giro, que solo en dos ocasiones anteriores —1974 y 2000— había pasado por el corazón de la Iglesia católica.
Isaac del Toro no solo se llevó los reflectores deportivos; también regresará a casa con la bendición papal, en una postal que quedará grabada para siempre en la historia del ciclismo mexicano.
POR: EXCELSIOR