Meta crea un nuevo equipo de IA liderado por Zuckerberg para desarrollar una superinteligencia que supere al cerebro humano
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha comenzado a liderar personalmente un ambicioso proyecto de desarrollo de inteligencia artificial (IA), con el objetivo de construir un sistema de “superinteligencia” que supere las capacidades del cerebro humano.
Según reportes de The New York Times y Bloomberg, la compañía ha creado un nuevo laboratorio interno para acelerar su desarrollo en IA, tras varios tropiezos en lanzamientos recientes.
La nueva división estaría integrada por unas 50 personas, entre ellos investigadores de OpenAI, Google y otros líderes del sector, a quienes se les habría ofrecido compensaciones que alcanzan las nueve cifras.
Alexandr Wang se une al equipo de Meta
Una de las incorporaciones más destacadas es Alexandr Wang, fundador de Scale AI, startup especializada en el procesamiento de datos para sistemas de IA.
Meta estaría negociando una inversión de hasta 10 mil millones de dólares en su empresa como parte del acuerdo, lo que también incluiría a otros colaboradores clave de Scale AI.
Wang, de 28 años, es una figura central en la nueva estrategia. Scale AI ha trabajado con firmas como OpenAI, Microsoft y Cohere, y ha ayudado a desarrollar tecnologías de IA para gobiernos y empresas. Su experiencia ahora será clave para reforzar las capacidades de Meta.
Una carrera contra OpenAI, Google y Microsoft
Desde el lanzamiento de ChatGPT en 2022, la carrera por desarrollar la inteligencia artificial general (AGI) se ha intensificado. Empresas como OpenAI (respaldada por Microsoft), Google DeepMind y Anthropic han tomado la delantera, obligando a Meta a redoblar esfuerzos.
Meta ha invertido más de miles de millones de dólares en IA desde 2013, año en que perdió la compra de DeepMind ante Google. Desde entonces, ha desarrollado productos como LLaMA (modelo de lenguaje de código abierto) y Meta AI, su asistente integrado en Facebook, Instagram, WhatsApp y los lentes Ray-Ban.
A pesar de sus avances, la división ha enfrentado problemas de gestión interna, pérdida de talento y lanzamientos poco exitosos. Incluso, el modelo LLaMA fue acusado de haber sido evaluado con métricas engañosas para aparentar mayor rendimiento, lo que provocó críticas internas y externas.
Zuckerberg toma control directo del equipo
Zuckerberg ha reorganizado las oficinas y ubicado al nuevo equipo cerca de su espacio de trabajo, para tener un rol activo en las decisiones. Fuentes cercanas al proyecto afirman que el CEO está frustrado con el ritmo actual de desarrollo y ha decidido liderar directamente la transformación.
Este enfoque busca competir de manera más agresiva contra otras gigantes tecnológicas. Microsoft ha invertido más de 13 mil millones de dólares en OpenAI, mientras que Amazon ha destinado 8 mil millones a Anthropic. Google, por su parte, adquirió licencias y talento clave de empresas como Character.AI por más de 3 mil millones.
¿Qué busca Meta con la “superinteligencia”?
Aunque el objetivo inmediato de la industria es alcanzar una AGI capaz de igualar las funciones cognitivas humanas, Zuckerberg apunta a un sistema aún más avanzado: una superinteligencia artificial, que pueda superar ampliamente la inteligencia humana.
Para ello, Meta mantiene activos dos frentes:
- Investigación académica y técnica, liderada por Yann LeCun, ganador del Premio Turing y pionero en redes neuronales.
- Implementación comercial, encabezada por Ahmad Al-Dahle, con productos enfocados al consumidor final.
Sin embargo, no todos comparten la visión optimista. LeCun ha señalado que se necesitan nuevas ideas radicales para alcanzar la AGI, lo que contrasta con la opinión de otros líderes en Silicon Valley.
Riesgos y retos legales
El crecimiento acelerado también plantea riesgos regulatorios. Meta enfrenta actualmente un juicio de la Comisión Federal de Comercio (FTC) por prácticas monopólicas relacionadas con las compras de Instagram y WhatsApp. Un acuerdo estructurado con Scale AI podría ayudar a esquivar este tipo de conflictos.
Además, el ritmo de desarrollo ha generado fricciones internas, agotamiento del personal y pérdida de talentos clave, una dinámica que el nuevo equipo espera revertir.
Por Excelsior
