“A veces jugamos a ser Dios, decidiendo quién vive y quién no. Eso se llama soberbia”, expresó José Luis Hernández Bermea párroco de la Iglesia de Guadalupe de Nueva Rosita
Por: Karla Cortez
LA PRENSA
SAN JUAN DE SABINAS, COAHUILA. – “Misericordia para quienes asesinaron a Brisa Izela, pero también pedimos justicia”, expresó el párroco José Luis Hernández Bermea, de la Iglesia de Guadalupe en Nueva Rosita.
El martes 17 de junio de 2025, la Fiscalía General del Estado de Coahuila informó sobre el hallazgo del cuerpo de Brisa Izela Castellanos Márquez, una menor de 13 años, localizado en un lote baldío del ejido Santa María, en el municipio de San Juan de Sabinas.
La adolescente había sido vista por última vez el 8 de junio. Su cuerpo fue encontrado en avanzado estado de descomposición y trasladado al Servicio Médico Forense para realizar la necropsia correspondiente.
Autoridades lograron la detención de dos personas: una mujer en Coahuila, vinculada directamente con el caso, y un hombre –ex policía estatal– arrestado en Nuevo León, gracias a la coordinación interinstitucional entre ambas entidades.
En entrevista, el sacerdote José Luis Hernández Bermea lamentó profundamente los hechos: “Duele como sociedad, como humanidad; duele que una niña haya muerto de esa manera. No sé qué motivó a quienes lo hicieron, ni conozco el contexto, pero nos duele que alguien con un gran futuro como ser humano ya no esté entre nosotros”.
Señaló que podrían existir factores como la desintegración familiar, la violencia doméstica, las crisis emocionales y económicas, e incluso el contexto social actual como posibles detonantes.
“A veces jugamos a ser Dios, decidiendo quién vive y quién no. Eso se llama soberbia”, expresó.
Como líder religioso, reprobó enérgicamente lo ocurrido: “Ojalá nos acerquemos más a Dios, porque eso es lo que le falta al mundo entero”.