La economía de Japón sufre de los estragos de las políticas arancelarias del presidente Trump, además de mayo del 2024 a mayo 2025 la inflación fue del 3.7 por ciento, cifra altísima para ese país, aunado a ello la deuda pública ha alcanzado un monto de 9 billones de dólares, equivalente al doble de su PIB y por si fuera poco los japoneses están atravesando una crisis del arroz histórica, pues su precio se disparó en 101 por ciento.
Al borde de la recesión, preámbulo de una crisis, ha aparecido una nueva forma de consumismo, diversión, fanatismo, entretenimiento y hasta de moda llamada “oshikatsu”. La cual se refiere a la manera en cómo las personas expresan su apoyo hacía sus ídolos sean músicos o animes, buscando tener un vínculo más cercano por medio de la adquisición de artículos oficiales como posters, muñecos, accesorios, además de una participación en las redes sociales.
Oshikatsu es la combinación de las palabras, en japones, de ídolo y favorito, a pesar de ser una palabra que se inventó en redes sociales en el 2016, para el 2018 alcanzó tanta popularidad que en el 2021 fue la palabra del año en Japón.
Esta actividad, de consumo al fin de cuentas, es practicada no únicamente por jóvenes japoneses pues según estudios realizados casi la mitad de las japonesas que viven su quinta década practican el oshikatsu, apoyando a su ídolo. En promedio cada fanático consume cerca de mil 800 dólares norteamericanos al año en productos oficiales, cifra muy alta al compararla con los 500 dólares anuales que consume un fanático promedio de algún equipo de la NFL.
La economía japonesa espera que los ídolos, más bien que el consumo de productos oficiales de los ídolos japoneses se convierta en una herramienta importante para evitar la recesión, pues el oshikatsu equivale a una aportación de casi 24 mil millones de dólares, para darnos cuenta de la dimensión del monto, basta decir que México en el 2024 exportó un total de 28 mil millones de dólares.
Parece que cuando los japoneses se preguntaron: “Sate, dare ga watashitachi o tasukete kurerudeshou ka?”, que en español quiere decir: “ahora, ¿Quién podrá ayudarnos?”, no escucharon la voz del Chapulín Colorado pero sí la palabra Oshikatsu.