Sobre todo ven sitios de entretenimiento, mensajes de texto y navegación en internet en general
Mientras conducen un auto, la distracción más común para los jóvenes de preparatoria es el uso del teléfono celular. Según una investigación reciente, estos conductores dedican alrededor de una quinta parte (21%) del tiempo de cada trayecto en auto a ver el celular.
La investigación, publicada este miércoles en la revista especializada Traffic Injury Prevention, se realizó a través de cuestionarios que fueron respondidos por 1,100 jóvenes de preparatoria con licencia de conducir y de diversas zonas de Estados Unidos. El 50.5% de la muestra tenía 18? años y el 50.9% eran mujeres.
Entre las personas entrevistadas, aproximadamente el 70% informaron que usaban o miraban sus teléfonos mientras conducían durante bastante tiempo (estimaron que el 26.5% de sus miradas fueron de dos segundos o más); en cambio, el 30% restante afirmó que nunca realizaban tales comportamientos.
Según los reportes, el tiempo de cada viaje que pasan viendo el celular lo dedican sobre todo al entretenimiento, pues un 65% de las personas encuestadas lo mencionó; seguido de los mensajes de texto (en 40% de las respuestas) y la navegación por internet (30%).
Saben que la distracción es peligrosa
Por otra parte, las respuestas indican que la mayoría de las personas encuestadas comprenden que la distracción al volante aumenta los riesgos y que sus referentes sociales importantes (como sus padres y amigos) piensan que no deberían conducir distraídos.
“Descubrimos que, si bien los conductores jóvenes reconocen las ventajas de usar funciones de teléfonos inteligentes como el GPS, también comprenden el mayor riesgo de accidentes asociado con la conducción distraída”, dice en un comunicado Rebecca Robbins, líder del estudio e investigadora del Departamento de Medicina del Brigham and Women’s Hospital, institución integrante del sistema de salud Mass General Brigham.
En el equipo hay también investigadores de las universidad de Harvard, Massachusetts, Técnica de Múnich y del Instituto de Transporte de Virginia Tech.
POR: LATINUS