Una de las casas vitivinícolas del Pueblo Mágico abrirá sus puertas este sábado para celebrar con vino, gastronomía y mucha tradición
Por: Roberto Ulíbarri
LA PRENSA
PARRAS, COAHUILA.– Este sábado 2 de agosto a las 5 de la tarde, el viñedo Las Pudencianas celebrará su fiesta más esperada del año: la Vendimia 2025, una jornada dedicada a honrar la cosecha, el proceso del vino y las raíces de una familia con historia en esta tierra fértil.
La temática de este año será “Kermés de las Pudencianas”, un giro festivo y colorido donde los asistentes podrán elegir cómo vivir su experiencia: ya sea a través de la comida típica de la región, los vinos de la casa o incluso con una buena taza de café.
El boleto de entrada tendrá un costo de $550 pesos, con acceso a todas las actividades del día, que incluirán desde espectáculos culturales hasta experiencias sensoriales enológicas.
Uno de los momentos más esperados será el tradicional pisado de la uva, una actividad que conecta a los participantes directamente con la esencia del vino: la tierra, el fruto y el trabajo colectivo. Acompañada de música en vivo y la emblemática danza de matlachines, la vendimia promete una tarde mágica, cargada de simbolismo y alegría.
¿PORQUE SE LLAMA LAS PUDENCIANAS?
La historia del viñedo está íntimamente ligada a la de Parras y a la familia Madero. El nombre del lugar es un homenaje a Pudenciana Madero, segunda hija de Don Evaristo Madero Elizondo, tía de Francisco I. Madero y aunque ella pidió en vida que no se repitiera su nombre, su descendiente Eduardo Narro encontró una forma poética de rendirle tributo: llamar así al viñedo y, de forma cariñosa, a sus tres hijas.
La propiedad tiene una historia rica y particular. Antes de convertirse en viñedo, era conocida como el Jardín Botánico de Parras, fundado por el botánico Gustavo Aguirre Benavides. El lugar aún conserva su colección de cactáceas y un árbol especial: un ahuehuete sembrado a partir de una rama rescatada tras el incendio del histórico Árbol de la Noche Triste en la Ciudad de México.
Hoy, el viñedo ocupa 40 hectáreas, de las cuales cinco están destinadas a la viticultura, con varietales como Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Syrah, Tempranillo, Chenin Blanc y Chardonnay.
Aún en fase joven, el viñedo es cuidado con un enfoque artesanal, bajo el concepto de vinícola boutique: pequeñas parcelas, rendimientos bajos, racimos seleccionados a mano y un proceso completamente manual.
Las Pudencianas vive hoy una etapa de expansión, gracias al esfuerzo colectivo de Eduardo Narro y sus hijas Mariana, Eugenia y Valeria, junto con su yerno Javier. Con el apoyo del enólogo español Juan Francisco Mejías, el proyecto ha logrado combinar técnica y pasión, campo y ciudad, historia y futuro.